Las pandillas de las cárceles de Ecuador y el hacinamiento propician la violencia en los centros penitenciarios del país, que se ha saldado con la vida de más de 350 detenidos desde 2021, denunció este jueves la oenegé Human Rights Watch (HRW).
En un informe interactivo, la organización documenta la masacre en la cárcel de Guayaquil en noviembre de 2021, en la que murieron más de 60 detenidos. \”El control de las pandillas sobre sectores de la prisión contribuyó a la masacre\”, concluye la oenegé y añade que \”las autoridades no respondieron de manera adecuada ni oportuna\”.
\”Estos actos violentos son un alarmante recordatorio de las graves falencias que existen en Ecuador para lograr un control efectivo sobre las cárceles y proteger la vida y la seguridad de los ecuatorianos\”, asegura Tamara Taraciuk Broner, directora interina para las Américas de HRW.
Broner advierte que si el gobierno no reduce el hacinamiento ni recupera el control, \”es probable que estos horrorosos baños de sangre continúen\”.
Desde 2021, más de 350 detenidos han muerto y decenas han resultado heridos en las siete masacres en las cárceles de Guayaquil, Latacunga, Santo Domingo y Cuenca.
En la más reciente, que ocurrió el 18 de julio en la cárcel de Santo Domingo, murieron 12 detenidos. Hasta mediados de julio, las autoridades no habían condenado a ninguna persona por estas masacres.
Según HRW, las cárceles ecuatorianas a menudo están controladas por organizaciones delictivas que extorsionan dinero a los detenidos y sus familias.
Los familiares de detenidos entrevistados por la oenegé aseguraron que pasaron varios días intentando averiguar el paradero de sus seres queridos.
\”Algunos se enteraron de que habían sido asesinados porque sus nombres aparecieron en una lista colocada en un poste de luz frente a la prisión. Otros lo descubrieron cuando un funcionario público gritó los nombres de las víctimas frente a la morgue\”, señala.
Tampoco han recibido ningún tipo de reparación, indemnización ni apoyo por parte del gobierno.
La organización destaca la falta de personal penitenciario o poco capacitado además del hacinamiento que, según HRW, podría deberse al excesivo recurso a la prisión preventiva. Algunos centros albergan el doble de personas de su capacidad oficial
El informe también hace hincapié en los retrasos en el otorgamiento de beneficios penitenciarios, como regímenes semiabiertos o la libertad condicional, y las duras políticas antinarcóticos que, en los últimos años, han generado un aumento de las condenas por delitos vinculados con drogas, incluso en casos de baja gravedad.
Según un funcionario de la Defensoría del Pueblo, entre las víctimas de la masacre de noviembre se encontraban 13 personas en prisión preventiva, seis detenidos que tenían apelaciones en trámite y dos personas que estaban a la espera de recibir la orden de excarcelación por escrito.
Como indica un estudio publicado en junio por la comisión de expertos creada por el gobierno para reformar el sistema penitenciario, las cárceles en Ecuador son \”almacenes de castigo\” más que centros de rehabilitación.