Beirut. (AFP) – El ejército israelí lanzó este domingo una andanada de bombardeos contra Hezbolá en Líbano, que dejó más de 100 muertos, dos días después de asesinar al líder del movimiento islamista libanés, Hasán Nasralá, junto con decenas de miembros del grupo en otro ataque.
Además, en otro frente, Israel dijo alcanzar objetivos de los rebeldes hutíes en el oeste de Yemen, después de que estos insurgentes proiraníes reivindicaron el lanzamiento de un misil contra el aeropuerto de Tel Aviv.
Estos bombardeos provocaron cuatro muertes, según medios de los rebeldes yemenitas. “Ningún lugar está demasiado lejos para Israel”, advirtió el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, tras las acciones.
Manteniendo la presión militar contra Hezbolá, una formación chiita proiraní, el ejército israelí indicó que alcanzó 120 objetivos en Líbano. En un balance revisado que se publicó a última hora del domingo, el Ministerio de Salud libanés cifró el total de muertos en 105 y el de heridos en 359.
“DEBE EVITARSE” UNA GUERRA TOTAL
Hezbolá, financiado y armado por Irán, fue creado en 1982 durante la guerra civil en Líbano, una iniciativa de los Guardianes de la Revolución de Irán.
La muerte de Nasralá, que era considerado el hombre más poderoso de Líbano, constituye una gran victoria de Israel frente a su archienemigo Irán y sus aliados, pero empuja a la región a un terreno desconocido.
Nasralá, de 64 años, era venerado entre la comunidad chiita en Líbano. Líder de Hezbolá desde 1992, vivía en la clandestinidad desde hacía años y aparecía pocas veces en público.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este domingo que “debe evitarse” una guerra total en Oriente Medio y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, aterrizó en el Líbano para “entrevistarse con las autoridades locales y brindar apoyo, especialmente humanitario”.
Por su parte, Arabia Saudita instó a respetar la soberanía de Líbano y resguardar “la paz y la seguridad regional”.
Pese a los ataques incesantes de Israel, Hezbolá continúa lanzando cohetes hacia territorio israelí. “Tenemos miedo de una escalada total”, afirmó Matan Sofer, habitante de la localidad israelí de Rosh Pina, ubicada a unos 30 kilómetros de la frontera con Líbano.