Nueva York. (AFP)- Hace casi un año que el Consejo de Seguridad no hablaba de Venezuela, pero esta semana Caracas volvió al tapete en dos videoconferencias solicitadas por Rusia y Estados Unidos, en medio de una pandemia que se anuncia devastadora para el país sudamericano en crisis.
La primera videoconferencia cerrada a la prensa y pedida por Moscú dio lugar, según diplomáticos, a un debate tenso sobre el reciente envío de buques y aviones militares estadounidenses a América Latina.
El 1 de abril, Washington anunció que el presidente Donald Trump había ordenado el envío de destructores, buques de combate y aviones de vigilancia adicionales hacia el comando sur del ejército estadounidense, a cargo de Sudamérica. Los gringos dijeron que los movimientos militares se deben a una gran operación antidroga en la región.
El 26 de marzo, Washington anunció la inculpación del presidente venezolano Nicolás Maduro ante una corte federal neoyorquina por “narcoterrorismo”, aumentando aún más la presión sobre el mandatario socialista.
Como Rusia se negó a ampliar la videoconferencia a temas políticos y humanitarios en Venezuela, los miembros europeos del Consejo de Seguridad (Alemania, Bélgica, Francia y Estonia) decidieron pedir una nueva reunión sobre el país sudamericano que se realizará mañana a puertas cerradas, según diplomáticos.
“Es importante favorecer el acceso humanitario en una crisis que figura entre las más graves”, dijo un diplomático occidental.
Mientras el líder opositor Juan Guaidó, apoyado por Occidente, se haya confinado a las redes sociales, Maduro, apoyado por Rusia y China, aparece desde hace un mes como el hombre fuerte que orquesta la lucha contra el coronavirus en Venezuela.