Los casos recientes de maltrato infantil han generado repudio e indignación entre los habitantes, pero dicha problemática no solo viene por parte de las amistades de los menores, sino que incluso lo reciben de los mismos familiares, una situación muy lamentable que se vive a nivel nacional.
De acuerdo con el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), durante los primeros seis meses de 2024 han atendido a más de 49.849 personas menores de edad víctimas de diversas violencias.
Eso representa un promedio de un caso cada cinco minutos, y los datos no son muy diferentes a los de años pasados, debido a que en 2023 las autoridades del PANI recibieron 105.765 denuncias de violencia contra 137.042 personas menores de edad, lo que representa un incremento de un 7,8% respecto a 2022, cuando hubo 89.768 incidencias por situaciones de maltrato hacia 127.164 niños, niñas y adolescentes.
Nunca está de más recordar que la violencia es el uso de la fuerza o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de generar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.
En el caso de la violencia en contra niños, niñas y adolescentes, puede ocurrir mediante variantes como negligencia por salud, por educación, conflictos familiares, maltrato físico y psicológico, abuso sexual, relaciones impropias, acoso escolar, conflictos vecinales, y otras, las cuales se deben denunciar de inmediato al 9-1-1.
Por ese motivo, al igual que los vecinos de Casa Cuba en Desamparados, expresamos nuestra indignación ante el caso más reciente en el que una bebé de apenas cuatro meses fue ingresada sin vida a un centro médico y los principales sospechosos del hecho son sus padres, un hombre de 23 años y una mujer de 20.
Por eso necesitamos instituciones más activas, que se involucren y realmente velen por el bienestar de los ciudadanos y principalmente por nuestros pequeños. Tanto el PANI y Poder Judicial deben tomar acciones más contundentes.
Además, padres, amigos y vecinos no pueden convertirse en cómplices de estas desagradables situaciones.
Evitemos que lleguen lejos los maltratos, denunciemos estos casos de abuso o agresión infantil, recordemos que el callar ante esto, eso nos convierte en parte del problema.