El mandatario Carlos Alvarado trató de esquivar la pregunta sobre si se postularía en el futuro a una candidatura para volver a ocupar la silla presidencial.
El jerarca no cerró del todo la puerta a una reelección, considerando que él renunció a su pensión de expresidente, pero tampoco afirmó que buscaría regresar a Zapote.
Esto dista mucho a lo dicho por su antecesor Luis Guillermo Solís, quien en su momento aseguró que no volvería a optar por una presidencia por lo desgastante que es el puesto.
El actual mandatario dijo estar enfocado en hacer lo mejor para Costa Rica en el cierre de su gobierno, por lo cual no tiene claro lo que vendrá a futuro para él y su familia.
“Yo no sé qué voy a hacer en ocho meses, menos que sé qué voy a hacer en ocho años, estoy concentrado en los próximos seis meses”, mencionó Alvarado en conferencia de prensa.
Si el presidente desea volver a ocupar su campo en Zapote deberá contratar a un equipo de campaña que luche contra comentarios negativos sobre el caso UPAD, Cochinilla, Azteca, combos fiscales, IVA, además del manejo de la pandemia.
Hace poco menos de un mes un medio mexicano especializado en temas políticos lo calificó como el peor presidente de toda América, algo llamativo porque se encuentra debajo de Nicolás Maduro y Daniel Ortega.
El gobierno Alvarado Quesada finalizará el 8 de mayo cuando se haga el traspaso de poderes en una sede por confirmar, el cual costará ¢100 millones al país.
• Percy Rodríguez, analista político
\”Ha sido desconsiderado con el pueblo\”
“Parece que el presidente Alvarado no está leyendo el contexto en que ha gobernado. Deja al país con más pobreza y desempleo, y con los sectores de la economía y el turismo despedazados. Es cierto que la pandemia ha agudizado los problemas, pero también lo es que los gobiernos del PAC llevan 8 años gobernando el país y mientras en otros países los gobiernos están condonando impuestos y creando fondos para apoyar a las empresas y personas, aquí nos cobran más impuestos. La reelección de un presidente es un mecanismo para premiar o castigar la labor de un mandatario; en el caso del presidente Alvarado, parece que está desconectado de lo que piensan los costarricenses de su labor y de sus viajes en época de crisis social. No se puede reelegir quien no comprende lo que siente y vive el pueblo, y Alvarado ha sido desconsiderado con el pueblo al crear más impuestos y vetar amnistías o rebajas. La arrogancia del presidente Alvarado solo es superada por su incapacidad para escuchar a los sectores populares. Su soberbia para insistir en impuestos y marchamos en época de crisis económica y social tiene molestos a amplios sectores de la población. Su partido está desacreditado y en su gobierno se han descubierto las peores marañas de la corrupción. Entonces, ¿por qué un costarricense volvería a confiar el futuro de su familia y de sus hijos en un inmisericorde y presuntuoso funcionario público que parece burlarse de sus conciudadanos y se olvida de servir?”.