Para muchos países incluyendo el nuestro, el coronavirus, era un germen lejano, que, a juzgar por lo sucedido en las últimas décadas, difícilmente iba a llegar a nuestras tierras. Innumerable cantidad de brotes habían sucedido, con diversos gérmenes, sin que trascendiera más allá de unas cuantas naciones.
Por eso, fue sorpresa mayúscula que el virus englobara el orbe, aun así, la mayoría pensó que se trataba de algo breve, una o dos semanas, a lo sumo unos meses. Pocos imaginaron que pasaríamos la Navidad y el fin de año en cuarentena, y que el año nuevo iba a empezar bajo las mismas coordenadas.
Esa forma de pensar hizo que se tomaran estos días de aislamiento como una etapa de convalecencia, y desde luego estar “encerrados en la casa” condicionó el descuido de la salud personal. En general hemos pasado mucho tiempo haciendo maratones televisivas y navegando en internet, además muchos han caído en la tentación de pedir comida, casi siempre chatarra, para no tener que lidiar con la cocina.
De igual manera con gimnasios cerrados o medio abiertos, y parques y polideportivos totalmente cerrados, ha sido más difícil seguir las rutinas atléticas. Al inicio, esperábamos que en la siguiente semana se diera luz verde a la apertura de los centros deportivos, pero así nos llevamos todo el año anterior sin que se concretaran esos deseos.
Estos dos grandes factores, sedentarismo, e ingesta inadecuada, provocan aumentos considerables de peso. Probablemente los que estaban en forma, ya tienen cierta panza, los que estaban pasaditos están “pasadotes”, y los que tenían un sobrepeso franco agregaron kilos peligrosos a su figura. Son innumerables los memes que relatan jocosamente la triste realidad de verse con varios kilos de más, adquiridos en los últimos meses.
Todos sabemos los efectos nocivos del sobrepeso, todos sabemos que provoca directa o indirectamente infartos, derrames, problemas sexuales y demás, lo que probablemente estamos olvidando tanto en el plano individual como en la agenda nacional es que el sobrepeso por sí mismo nos hace más vulnerables al coronavirus.
Pero el efecto del sobrepeso no se queda ahí. Sabemos que esos kilos demás hacen más difícil el control de ciertas enfermedades como la diabetes, y la presión alta, así que muchos de estos pacientes han tenido un control parcial de su enfermedad en los últimos meses, y por ende ahora son más susceptibles al coronavirus.
Para agravar más las cosas, la mayoría de estos pacientes han tenido su control médico vía telefónica y probablemente en muchos casos no se ha podido ajustar las dosis de los fármacos a los nuevos requerimientos que amerita el aumento de peso, por lo cual hay un control parcial de estas enfermedades.
Por eso tenemos que dejar de pensar que el Covid está por irse, dejar de esperar que todo volverá a la normalidad en un “santiamén” y por el contrario mentalizarnos no solo en evitar un contagio, sino también en velar por la salud de nuestro cuerpo que eso también redunda en la salud mental.
Desde ya tenemos que cuidarnos con la comida, incluir legumbres, cítricos y una adecuada hidratación, además tenemos que idear formas alternas de hacer ejercicio, sea en la sala, en la acera, en la calle o en el patio. No podemos quedarnos sentados esperando la vida que teníamos antes.