Hoy la educación necesita de claridad y valores concretos.
Tenemos que construirla con exigencia y urgencia. No es necesario multiplicar el uso de ninguna droga, ni pulverizar la marihuana, sobre la juventud de Costa Rica. Para recuperar nuestra educación, tenemos que tener en claro la construcción de un proyecto nacional: detener las muertes por la violencia, parar el tráfico de drogas, y construir una nueva sociedad que valore las virtudes fundamentales, para poner en marcha la solidez de esta democracia.
La primera piedra para el futuro de Costa Rica debe ser el fortalecimiento de la honestidad. Este es un temario fundamental, que debe mostrar y enseñar, todo docente en el aula.
Se trata, hoy ahora, de no perder a Costa Rica, que es una sociedad fortalecida por la exigencia de la palabra, la veracidad, y sobre todo que debe estar constituida por una fortaleza de valores permanentes. Nuestra democracia requiere una generación comprometida con el buen gobierno, con una vocación de servicio público y con una visión que es histórica de compromiso sólido y amante de la libertad.
* Diplomático