La regla fiscal está ahogando al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, el cual solo tiene recursos hasta octubre y en caso de que los diputados no le aprueben un presupuesto extraordinario podría haber cierre de embajadas y despido de funcionarios costarricenses en el exterior.
Así lo aseguró Arnoldo André, Canciller de la República, quien abordó el tema presupuestario en su cartera, las relaciones de Costa Rica con varios países y el impulso para ingresar a la Alianza del Pacífico.
Este es un extracto de la entrevista que André, junto con Christian Guillermet, viceministro de Asuntos Multilaterales, y Lydia Peralta, viceministra de Asuntos Bilaterales y de Cooperación Internacional, brindaron a DIARIO EXTRA.
¿Quién es Arnoldo André? ¿Cómo llega a ser ministro de Relaciones Exteriores?
–André: Crecí en Tres Ríos, en medio de un cafetal. Estudié en el Colegio Humboldt. De ahí hice una licenciatura en Derecho en la UCR y luego, con una beca, saqué un doctorado en Derecho Internacional Público en la Universidad de Hamburgo, Alemania. Regresé a Costa Rica y ejercí abogacía y notariado por más de 30 años. Además presidí la Cámara Costarricense de Comercio (CCC). En el transcurso de la carrera representé a Noruega como cónsul general honorario en Costa Rica por más de 25 años y el 7 de mayo de 2022 renuncié. Fui abogado de la embajada de Alemania, Noruega y Suiza. Además di asistencia a la de Austria. Al presidente Chaves lo acompañé desde el principio y luego de la campaña me ofreció si podía ayudar desde Cancillería. Yo a don Rodrigo (Chaves) lo conocí en Estudios Generales en 1979.
¿Al asumir como canciller cómo ha sido el análisis y revisión en materia de embajadas? Por mucho tiempo fueron consideradas “botines políticos”.
–André: Tuve mucho tiempo para analizar el tema y además el excanciller Rodolfo Solano me dedicó tres o cuatro sesiones, en las que me compartió información valiosa y un informe final para saber cómo encontraría todo. El 8 de mayo llegué bastante aprendido. Yo conocía a la mayoría de embajadores acreditados en Costa Rica y en el caso de los nuestros afuera los he ido conociendo, en virtud de los viajes que me ha tocado realizar. Se analizó a los embajadores y los informes que deben presentar ante Cancillería. De esos informes, ellos reciben una calificación. Por otra parte, hay embajadores en comisión (o políticos que responden a posiciones ideológicas) y con un cambio de gobierno cambian. Lo mismo por tiempo en servicio.
¿Esas calificaciones a las que usted se refería son de carácter público?
–Guillermet: No son públicas. Habría que ver si en la Ley de Administración Pública se contempla que la evaluación de los subalternos es pública.
¿Cuáles temas se califican?
–Peralta: Cumplimiento de los temas anuales de trabajo, desempeño de asuntos políticos, cooperación y promoción o diplomacia económica. Se establece un plan de trabajo anual que debe reportarse mensualmente. Además debe verse el sano manejo de los recursos públicos. Eso sí es de carácter público, pero hay asuntos de diplomacia política y económica que, por ser temas sensibles, no se dan a conocer. Los informes deben darse a conocer en tiempo y forma.
–Guillermet: Todo está en función del plan de trabajo anual que se presenta. Una cosa es la embajada en Berlín, Alemania, Buenos Aires, Argentina o la misión en Nueva York. Así se van ganando puntos. Es un tema laborioso porque hay ministerios más fáciles de medir. Como ejemplo, al MOPT se le puede medir por cuántos kilómetros de carretera ha hecho, pero nuestro trabajo es algo intangible. Hay evaluaciones, pero se hace sobre elementos intangibles. Va de acuerdo con las necesidades del país.
¿Y si los informes no llegan?
–Peralta: La Ley General de la Administración Pública prevé que se debe cumplir con informes y plazos. En caso de que no lo haga se comete una violación que conlleva sus responsabilidades de carácter civil y penal. Se hace un proceso y puede recaer en despido.
¿Cuántos embajadores falta por nombrar?
–André: El país mantiene 49 embajadas, incluyendo 4 misiones multilaterales, más 13 consulados independientes como Los Ángeles y Miami. En la carrera diplomática existen solo 28 embajadores. De esos, en sede central se necesitan por lo menos 13: 2 por dirección y 1 embajador alterno para cada despacho. Tenemos 28-13: 15. Eso significa que tengo 15 embajadores para colocar en el extranjero. De esos, ya la mayoría está y habrá algunos alternos que hay que colocar. La política es darle el espacio a la carrera diplomática. Me quedan más de 30 que me toca colocar del resto de la población nacional. Voy a escogerlos por competencia y capacidad, pero no es tan fácil y además tengo un problema presupuestario.
¿Cuáles embajadas deben nombrarse de forma urgente?
–André: Una de ellas es China. Hace dos años no tenemos representante ante Beijing. Otra es Washington y Nueva York. Una es bilateral y otra multilateral. Otra es en Bruselas (Bélgica) y Unión Europea (UE). Igual la de Roma, Italia.
¿Cancillería no tiene suficientes recursos?
–André: Tengo un ministerio con presupuestos pandémicos, con recursos en colones y gastos en dólares, por lo tanto, cada mes tengo menos recursos. Por razones presupuestarias estamos limitados a traer y enviar gente. Tenemos que ir cubriendo necesidades por semestre.
Usted habla de los embajadores ticos en el exterior. ¿En qué gastos se incurre para devolverlos al país, más allá del tema del boleto de avión?
–André: Ellos tienen una cuota asignada para traslado de menaje. La cuota también incluye a la familia. Se hace una licitación con las compañías de logística y se licita con la que cobre más barato para traerse las cosas. Actualmente estamos haciendo un estudio de los alquileres que estamos pagando por embajadas versus lo que costaría un préstamo para comprar residencias por países. Yo sí creo que en algunas ciudades pueda valer la pena adquirir una casa. Hay traslados que cuestan más de $30.000.
–Guillermet: La casa u oficinas en México, Washington, Buenos Aires, La Haya y Madrid son propias.
¿Cuál es el presupuesto de la Cancillería?
–André: Tengo ¢27.000 millones. En 2019 fue de ¢29.000 millones, pero a otro tipo de cambio. De esos ¢27.000 millones, unos ¢3.000 millones se van en gastos de organismos internacionales. Además tengo la regla fiscal, que no nos deja hacer más gasto. Todos estamos así, pero nosotros cada año tenemos menos recursos.
¿Ustedes pedirían que los saquen de la regla fiscal?
–André: Estamos haciendo los mejores esfuerzos para que don Nogui Acosta y las jefaturas de fracción hagan lo suyo. Tengo recursos para pagar salarios hasta octubre, a menos que me den un presupuesto extraordinario. La regla fiscal tiene cosas contradictorias: INA o Procomer tienen recursos de sobra, pero no pueden usarlos por regla fiscal. Está mal diseñada.
¿Y si no se los dan?
–André: Tendría que cerrar embajadas, reducir programas y hablar con el Servicio Civil porque habría que desprenderse de funcionarios públicos. Eso no es tan fácil. Cuando en una empresa no alcanzan los recursos hay que bajar gastos. Creo que a las embajadas se les puede sacar el jugo, pero hay que dotarlas de recursos. Actualmente hay embajadas unipersonales y tienen que atender multiplicidad de funciones.
En los últimos días usted ha hablado de la Alianza del Pacífico. ¿Cuál es la importancia de este tratado comercial?
–André: La Alianza del Pacífico no es solo un tratado comercial, sino que incluye aspectos culturales, económicos y de cooperación. Está integrada por Chile, Colombia, México y Perú. Es una ventana que tenemos para impulsar las relaciones hacia Asia. Queremos reforzar con países del sudeste asiático, Japón, Corea del Sur. Se abriría una ventana para productos costarricenses y representa una alternativa para el mercado centroamericano. El flujo de inversiones sería importante para nuestro país.
Costa Rica ya tiene tratados comerciales con los países miembros de la Alianza del Pacífico. ¿Entonces para qué suscribirla?
–André: Se conforma un mercado común de integración económica con libre movilidad de bienes, servicios capitales, personas y además se negocia en bloque. Amplía los mercados de exportaciones para Costa Rica.
¿Otros tratados comerciales que este país pretenda suscribir?
–André: El Transpacífico. Es un proceso más largo y complejo porque es con 11 países. Además se analizan tratados de libre comercio con Ecuador e Israel, sobre todo por intercambio económico.
En la Asamblea usted dijo que una de las intenciones es reforzar lazos comerciales con países de Medio Oriente.
–André: Queremos abrir una embajada en Riad (Arabia Saudí). Allí se podría mantener la de Emiratos Árabes. Los saudíes vinieron el 8 de mayo y es un país importante. Con ellos tenemos un intercambio comercial de $100 millones y es la economía más grande de Medio Oriente. Hay un interés comercial de inversiones.
El apoyo tico al candidato nicaragüense causó cuestionamientos en contra del gobierno. ¿Qué opina sobre el tema?
–André: Hay $152 millones de cooperación internacional que no podían fluir por falta de un secretario general. Los suborganismos están trabajando a medias. El candidato nicaragüense era la mejor opción que ellos podían poner, pero hay que separar el tema de Nicaragua. En temas de violación de derechos humanos, presos políticos y todo lo conocido jamás estaremos de acuerdo, pero había que reactivar el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Costa Rica condena la violación de derechos humanos, pero debemos tener relaciones cordiales con el vecino fronterizo. Nos interesa que las exportaciones sigan fluyendo, controles aduaneros, migratorios, fitosanitarios y que lo demás sirva. Somos pragmáticos como vecinos, además tenemos dos Nicaraguas.
¿A qué se refiere?
–André: Una que geográficamente está al norte y otra aquí: todos los parientes de presos políticos, más exiliados, están aquí. Mucha prensa nicaragüense opera aquí. Fácil hay 700.000 nicaragüenses. Cualquier decisión que tomemos es sensible a una de las dos Nicaraguas.
Peralta: Si la Secretaría no se asume antes del 31 de diciembre, se pierden millones en cooperación en temas ambientales, migratorios, desarrollo y combate a la corrupción.
¿Nombramiento de embajador en Managua?
–André: Al principio lo estábamos considerando, sin embargo, con la expulsión de representantes de OEA y diplomáticos reconsideramos la decisión y dejamos las cosas como están: un encargado de negocios.
¿Relaciones con Venezuela?
–André: No hay una evaluación para cambiar la situación de forma bilateral. Actualmente no hay relaciones con Maduro, tenemos una embajadora de Guaidó en San José. Ella puede resolver algunas cosas, dependiendo del acceso a papeles que tenga, pero representan un gobierno virtual.
¿Debe haber una embajada en Caracas?
–André: Más un consulado. Eso para atender a los venezolanos acá y a los ticos allá. Estoy explorando vías para atender el problema consular. No es fácil, es un proceso engorroso.