Michael Sanes, de 54 años, palmó de un paro cardiaco cuando lo llevaban a la Clínica de Santa Cruz, en Guanacaste. El gringo, oriundo de Miami, Florida, llegó a Playa Avellanas a disfrutar de las bellezas de las costas guanacas, pero antes de meterse al mar se mandó sabroso.
La revolcada de las olas también hizo lo mismo en su estómago, pasaron unos pocos minutos y empezó a sentirse mal, la comida inmediatamente lo había indigestado, fue ahí cuando sus amigos llamaron a la Cruz Roja de Santa Cruz.
Como la ayuda tardaba poco más de 30 minutos en llegar, pues el camino en su mayoría es de lastre, sus compas decidieron no perder tiempo, lo montaron en el Toyota Prado placas DCX 8887 y salieron a topar la ambulancia hasta Paraíso.
En el lugar hicieron el transbordo, para ese entonces el extranjero estaba en shock, siguieron hasta la clínica santacruceña, al llegar el Dr. Diego Herrera lo abordó, no obstante fue imposible salvarle la vida, murió de un paro cardiorrespiratorio.
Se sabe que Sanes tenía su casa en Playa Langosta y salió con sus amigos a darse una vuelta por Playa Avellanas, que le habían recomendado.
Tras cuernos, palos. Al parecer los propios paramédicos tuvieron que hacerles el cachete a los agentes judiciales al llevar el cuerpo hasta el OIJ de Santa Cruz, pues esa sede no disponía de una morguera.