Costa Rica no puede permitirse el lujo de perder el rumbo en discusiones estériles cuando aún hay tanto por hacer.
Aunque el calendario electoral avanza, todavía falta mucho para la campaña política, no es momento de promesas vacías ni discursos anticipados que solo buscan protagonismo.
Es tiempo de trabajar, enfocarse en resolver los desafíos que afectan a la ciudadanía y cumplir los compromisos asumidos.
El país enfrenta retos urgentes que no pueden postergarse por el afán de algunos sectores de posicionarse electoralmente. La competitividad del sector productivo requiere atención inmediata. Las empresas necesitan confianza para seguir invirtiendo, expandiéndose y generando empleo.
No se trata solo de atraer inversión extranjera, sino también facilitar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, eliminando trabas burocráticas y fomentando el emprendedurismo.
En infraestructura, los proyectos viales de gran impacto, como la ampliación de la ruta 32 y el tramo Barranca-Limonal, deben concretarse sin más dilaciones. La congestión en nuestros puertos sigue representando un freno para el comercio y la exportación.
La logística es clave para la competitividad del país, y su mejora no debe depender de cálculos políticos, sino de una planificación estratégica orientada a resultados.
A la par del desarrollo económico, Costa Rica debe seguir apostando por la educación y la formación de su gente. La educación dual es una herramienta fundamental para conectar a los jóvenes con el mercado laboral, brindándoles oportunidades reales de empleo y crecimiento profesional.
El emprendimiento debe recibir un respaldo decidido del Estado, eliminando trabas y burocracia innecesaria que solo desmotivan a quienes buscan generar su propio sustento.
No podemos permitir que la politiquería desvíe la atención de lo realmente importante. Cada día que se pierde en discusiones vacías es un día menos para mejorar la calidad de vida de los costarricenses. No es tiempo de promesas, cuando aún quedan tantas por cumplir.
Es momento de trabajar con seriedad y compromiso, de enfocarnos en las soluciones que el país necesita y demostrar con hechos y no con palabras, que el futuro de Costa Rica se construye con acciones concretas y no con discursos de campaña adelantados.