Desde hace más de una década para acá, la mayoría de los canales tanto nacionales como de cable pasan en cualquier horario telenovelas de narcos que quizá retratan la vida de sus protagonistas como algo maravilloso, porque pueden darse muchos lujos y siempre estarán boyantes de dinero.
En el caso de las mujeres que aparecen, las pintan como que son bonitas y de curvilíneo cuerpo, pueden conseguir al hombre que quieran para que las llenen de dinero, les paguen operaciones, las lleven de viaje constantemente y les cumplan todos sus caprichos.
Quizá en estos programas retratan de forma muy reducida las consecuencias de entrar en este mundo, pues solo ponen que en algunas ocasiones son perseguidos por la policía y que tendrán una que otra rencilla con bandas rivales.
Lamentablemente estas rencillas pasan a más que un intercambio de palabras, muchos terminan muertos por las bandas rivales y algunos hasta por sus propios miembros de grupo cuando tienen ansias de poder y deciden exterminar al que está de cabecilla para reemplazarlo.
Y en estas guerras de bandas no les importa a quién deban matar para mandar mensajes o para provocar al contrario, lastimosamente cuando este tipo de cosas se dan poco les preocupa asesinar a sus parejas, sus hijos o los familiares más cercanos, y con los cuales saben les harán más daño.
Pero a veces pareciera que quienes se meten en este mundo no dimensionan las consecuencias que puede haber al juntarse con este tipo de gente, hacer negocios con ellos o hasta tener una relación más que amistosa.
Precisamente hablando de estas víctimas indirectas, muchas de estas son féminas que entablan relaciones con estos hombres dedicados al narcotráfico o en algunos casos son sus esposas y ellas mismas forman parte del negocio.
Lo que quizá causa extrañeza es cómo estas mujeres terminan involucradas con este tipo de caballeros y es que, según un experto criminólogo como Gerardo Castaing, ahora muchas sienten atracción por los narcos del barrio, quizá pensando en todo lo que este les puede ofrecer.
Muchos dirán cómo si es tan bonita anda con ese viejo que es un corriente, o que la trata mal, pero a veces pareciera que gana más la avaricia y el deseo de plata fácil que pensar muchas veces en su integridad, en la de sus hijos y hasta de su familia.
No piensan en que quizá hoy andan en esos carrazos último modelo, con joyas, ropa de marca, de viaje en viaje sin saber que tienen la vida comprada y en cualquier momento y lugar se las arrancan, porque así es esto, justo estos vehículos sirven para identificarlas, para acribillarlas y mandarlas al otro potrero.
Porque si hacemos un recuento de los asesinatos ocurridos a féminas ligadas al narco de alguna manera, la mayoría de ellas tiene varios hijos que al ser ellas acribilladas quedan ahí al garete, porque en muchas de las ocasiones todos son de diferentes papás y en algunos casos no tienen familia que pueda ver por ellos.
Otra explicación es que las mujeres hayan empezado a sentir una atracción patológica por este tipo de hombres, porque les parecen rudos, malos y esto hasta les mueva las hormonas, sin embargo, entablando relaciones con este tipo de gente lo único que hacen es comprar un boleto seguro a la muerte.
Y es que quizá muchos no dimensionan lo mal que estamos en estos temas, pero no hemos llegado ni a los primeros quince días del año y ya resulta que a nivel país llevamos 23 homicidios de los cuales 7 han sido a mujeres.
Ah, pero cuando uno se sienta a ver los perfiles de las personas asesinadas muchas tienen un común denominador, andar con un narco que, si bien les resuelve la vida, no saben en qué momento la pueden perder a punta de bala.
Es hora de pensar en el valor que tiene nuestra vida, una mujer puede tener un hombre que le resuelva la vida a nivel económico, pero eso no le garantiza que eso le vaya a traer más beneficios que problemas.