Bernardo Alfaro, titular de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), considera que este no es el mejor momento para fijar tasas de usura.
Las declaraciones surgen al tiempo que los diputados pisarían el acelerador para aprobar la ley.
A criterio del regulador esto afectaría el acceso al crédito en la atención postpandemia porque hará a algunos sectores más riesgosos.
Aseguró que esta posición la comparten el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y el Banco Central de Costa Rica.
“Una entidad puede decidir no otorgar crédito a una tasa de interés que no compense su mayor costo y riesgo”, señaló.
De acuerdo con la Sugef, la difícil coyuntura económica actual hace que el núcleo de clientes más riesgosos se vuelva más amplio.
“Se daría una mayor exclusión financiera como consecuencia de la fijación de topes a las tasas de interés”, argumentó.
Alfaro dijo que las personas quedarían atrapadas en el mercado informal, con tasas más altas (por encima del tope fijado, aun cuando la actividad sea ilegal), y con prácticas de cobro y garantías de crédito que dejarían a los deudores en mayor desventaja.
Lo ideal es que la mayoría de hogares y emprendedores puedan acceder a un crédito sin obstáculos ni inconvenientes cuando la economía retome su rumbo.
NO BENEFICIA A CONTRATOS VIGENTES
Alfaro aclaró a la ciudadanía que la fijación de una tasa de usura no impacta las tasas vigentes. Esto quiere decir que los créditos ya constituidos están respaldados en contratos suscritos y formalizados, por ende deben respetarse en tanto se mantengan vigentes.
“Aunque se podrían cancelar las obligaciones existentes por otras con mejores condiciones, esto podría llevar justamente a enfrentar las complicaciones propias de la actual crisis”, añadió.
Se estima que una buena parte de los arreglos de pago que se hicieron recientemente corresponde a tarjetas de crédito.
En promedio los bancos cobran intereses vía tarjetas de crédito a un 49%, lo que significa un interés anual acumulado total de ¢638.000 millones.
En el caso de las casas de empeño y algunos bufetes la usura se calcula en promedio en un 90%, lo cual genera intereses anuales por ¢610.000 millones.
El 29% de los hogares financia sus electrodomésticos con deuda. En promedio el interés de los almacenes es del 60% y por ese rubro hoy generan ¢883.000 millones anualmente.