Soy una mujer de 30 años en unión libre. Hace una semana nos fuimos a vivir juntos, pero para mi sorpresa, se trajo a los tres perros que tenía en la casa de los papás. A mí me gustan mucho los perros, pero creo que mi novio tiene algún problema porque andan por toda la casa, dejan sus necesidades por todo lado y hasta quiere que duerman con nosotros y ni los saca en los momentos íntimos. Y hemos tenido discusiones muy fuertes, porque a mí eso me parece inconcebible.
– En las últimas dos décadas, nuestra sociedad ha venido experimentando un cambio radical, en relación con el trato hacia las mascotas. Algunos tratan a estos animales como si fueran seres humanos y otros van más allá y los ven como si fueran hijos pequeños, los miman, los agasajan y los consienten de forma desmedida, al punto que en algunos hogares se convierten en la estrella de la casa, el chineado de la familia.
Estas conductas encierran todo un trasfondo que siempre es conveniente valorar, sobre todo cuando provoca problemas o conflictos con los seres queridos. En ocasiones algunos alertan sobre los gastos desproporcionados en los que se incurre en caprichos para las mascotas, y hasta señalan que ese dinero se necesita para cosas mucho más importantes para la familia.
Desde luego, que ese trato desproporcionado suele resultar extraño y molesto para terceros, sean amigos, parientes, compañeros y qué decir para una pareja con la que recién se cohabita y es de entender su negativa a vivir bajo esas condiciones. Tal vez resulte sorprendente, pero algo que debe solucionarse con una simple conversación, a veces se convierte en una serie de disputas, conflictos y resentimientos que acaban con la armonía de la pareja y hasta amenazan la estabilidad de la pareja. En esos casos es conveniente buscar ayuda profesional.