En nuestro país, son miles los niños y jóvenes que se divierten jugando y saliendo con sus amigos, sin embargo, otra importante cantidad se dedica a realizar actos delictivos a una edad muy corta. Muchos lo hacen por necesidad, no obstante otros cometen estas fechorías simplemente para llamar la atención, pues no necesitan nada de lo que hurtan.
Adriana Bermúdez, psicóloga del Hospital Metropolitano, explicó que estas conductas aparecen porque el infante necesita que le presten interés, al no tenerlo procede a realizar actos delictivos que más adelante podrían provocar serios problemas.
“Hay niños y muchachos que no necesitan robar porque tienen todas las comodidades en sus hogares, ellos casi siempre realizan estas cosas para llamar la atención, a veces puede ser rebeldía, entonces quieren demostrar algo para que sus padres o el entorno pongan sus ojos en ellos”, comentó.
¿POR QUÉ SE DAN ESTOS COMPORTAMIENTOS?
Bermúdez señaló que estas actitudes se dan principalmente porque los padres no supieron poner límites a estos comportamientos, por tal razón en muchas ocasiones cuesta modificarlas con facilidad.
“Se da principalmente porque no tienen una figura que les sepa decir que eso que están haciendo no está bien, por ejemplo, el niño se lleva los chocolates y los papás no le dicen nada y ahí ya empiezan los problemas”, expresó.
Igualmente, señaló que hay otros elementos que se conjugan para observar estas actuaciones, como lo son la rebeldía (más común) y trastornos familiares, los cuales influyen directamente en el infante.
FACTORES QUE ADVIERTEN ESTA CONDUCTA
Para la experta, hay disposiciones que pueden ayudar a detectar estos comportamientos:
Siempre les llaman la atención.
Les cuesta tener buenas relaciones con figuras de autoridad.
Toman cosas sin permiso.
Hiperactivos.
Irritación en el comportamiento.
Lloran a menudo.
CONSECUENCIAS
Los resultados de robar nunca son buenos y en los niños no es la excepción, porque pueden atraer aspectos negativos que afectarán las relaciones con personas. Entre las más comunes sobresalen:
Humillación por robar.
Aislamiento (los marginan).
Problemas con familiares y maestros.
Complejos.
Sobrenombres.
Poca sociabilidad.
SOLUCIONES
Para la experta, no todo está perdido cuando se perciben estas anomalías, ya que hay un sinnúmero de soluciones, no obstante, lo más aconsejable es dejar las cosas claras a una edad temprana. “Hay muchas soluciones, pero lo que siempre tratamos de decirle a los padres es que tiene que marcar su territorio desde el inicio hablándole para que sepa qué está bien y qué está mal”, argumentó.
Por otra parte, Bermúdez señaló que las soluciones se dan desde tres áreas diferentes: la psicológica, la médica y la familiar. La experta brindó consejos para que estos hechos no se presenten en sus hijos:
Buscar ayuda psicológica en la escuela o colegio.
Someter al niño a un proceso de comunicación para mostrarle lo que es correcto.
Llevarlo al médico para saber si tiene trastornos como hiperactividad o problemas orgánicos.