Imagínese usted que ni con cinco préstamos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de $1.750 millones cada uno (¢1,1 billones) alcanzaría para cubrir las necesidades de financiamiento únicamente de este año (incluyendo el déficit fiscal y vencimientos).
Los economistas concuerdan en que la negociación llevada a cabo por el gobierno con dicho organismo es un primer paso, pero no viene a resolver los problemas de fondo de la economía nacional. Aunque todo saliera bien y en cuestión de cinco meses se lograran aprobar los seis proyectos prioritarios, no habría suficiente dinero ni para pagar los vencimientos en 2021.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló que solo para este año las necesidades de financiamiento alcanzarían un 15% del Producto Interno Bruto (PIB). Eso representa en promedio ¢5,6 billones ($9.160 millones).
Entretanto, el cálculo más reciente del Ministerio de Hacienda habla de que el total de la deuda pública se ubica en ¢24,2 billones ($39.448 millones). Solo para que tenga una idea.
Fernando Herrero
Economista y exministro de Hacienda
“Me parece que este acuerdo va a requerir un gran esfuerzo adicional del gobierno. Deberán estar en cada detalle, convencer de cada uno de los aspectos, y ese dinamismo con la Asamblea Legislativa es algo que todavía no ha pasado en esta administración, salvo con la exministra Rocío Aguilar. Aparecerán ideas en términos de que un ingreso genera más y otros no. Se van a necesitar destrezas políticas como las que se tuvieron con el TLC, si no veo difícil que esto se mueva. En cuanto a lo económico, el monto que el FMI da no es tan grande, hay que distribuirlo en tres años, pero es un primer paso porque abre el mercado internacional, ya sea para avanzar en eurobonos o en préstamos con organismos multilaterales. El fondo es como una calificadora de alto nivel, que envía una buena señal, yo en lo particular creo que el país debería continuar en paralelo con una discusión para una reforma estructural”.
William Hayden
Economista y exgerente bancario
“Es un plan ligerito y más bien cosmético, con lo cual sigue la economía en su encrucijada de recesión. El gobierno se lava las manos, cumple a medias sus tareas y deja para el siguiente la resolución de estos problemas. La Virgencita de los Ángeles nos sigue teniendo bajo su protección y por eso nos envió como jefa de misión del Fondo Monetario Internacional a una compasiva mujer, la señora Manuela Goretti, que nos vio con ojos de lástima. El gobierno actual respira aliviado porque durante el año 2021 las medidas de ajuste son muy light y se hacen más severas a partir del 2022, o sea que se patea la pelota para que sea la nueva administración la que cargue con el peso de los ajustes y efectúe el pago que es a tres años plazo. Incluye la descapitalización que se le piensa hacer en especial a los bancos públicos gravándoles con un 30% adicional y las exoneraciones fiscales, pero no se está aplicando el bisturí a fondo y el tumor se remueve de lado y seguirá creciendo”.
Fernando Rodríguez
Economista y ex viceministro
“Veo un paquete muy ambicioso de proyectos para el plazo en que deben estar listos. Yo no creo que todos puedan estar aprobados en junio próximo. También me salta la duda de qué pasa si hay un proyecto que no alcanzó lo que se esperaba en términos de rendimiento, digamos empleo público o la reforma en renta. Al final podría no tenerse lo que el gobierno esperaba, no sé cómo harán para tapar es faltante. En mi experiencia, nunca un impuesto sale igual a como entró. Es muy difícil de creer que eso pueda pasar. Tampoco queda claro qué pasa si un proyecto no se aprueba en el plazo previsto, ¿implicará eso un retraso en los desembolsos? Estamos con una moneda al aire, yo no apostaría a que esto quede listo en junio, sería un milagro, algo histórico, para mí debería haber una opción adicional. Hay que ser realistas y esto es un año electoral. De todas formas, el préstamo del FMI soluciona poco, necesitamos seis como esos para satisfacer las necesidades de financiamiento al 2023”.