El hecho de que el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) no reciba desde hace ocho meses las motocicletas que la Policía Municipal y el departamento de Control Vial de Alajuela decomisan causó la saturación del edificio con dichos vehículos, llegando incluso a tener que acomodarlas en el patio, comedor, oficina y pasillos.
No obstante, el personal tuvo un respiro pues se limpió parte de las instalaciones y se dio el reacomodo de dichos vehículos incautados, según confirmó a DIARIO EXTRA Leonard Madrigal, coordinador de la Policía Municipal.
“Debido a que la Policía Municipal mantiene en calidad de depositario temporal los vehículos estamos sujetos a que los espacios de Cosevi sean habilitados para el depósito permanente, pero a la fecha Cosevi tiene más de ocho meses de no recibir vehículos en sus patios por lo cual existe una imposibilidad material de esta Municipalidad de la limpieza completa de nuestros depósitos temporales”, explicó.
Añadió que actualmente se encuentran valorando la habilitación de un espacio más amplio para el depósito de vehículos decomisados, con el objetivo de que se encuentre una solución temporal a la situación, mientras que el Cosevi les resuelve de manera permanente el problema.
Destacó que la reforma aplicada en la Ley de Tránsito permite la disposición de los bienes según lo establecido en el artículo 155, el cual señala que, luego de transcurridos tres meses de haberse agotado la vía administrativa, la autoridad judicial o administrativa puede disponer del bien de acuerdo con los incisos estipulados.
“Con mucho agrado hacemos de conocimiento de la ciudadanía alajuelense que, gracias al apoyo de la alcaldía municipal, la Policía Municipal y el departamento de Control Vial, contarán con un moderno edificio para este 2021”, dijo.
Se trataría de un moderno edificio que albergaría a ambas unidades de servicio y se lograría con una inversión que asciende a los ¢450 millones.
EL CASO
La semana anterior varios oficiales y trabajadores de dicho edificio denunciaron que estaban en peligro si se daba una situación de emergencia como un incendio, un terremoto o algún otro desastre en el que debieran desalojar rápidamente las instalaciones.
Esto se debía a que todo el edificio y áreas alrededor estaban llenas de motocicletas que fueron decomisadas y no tienen lugar para colocarlas.
“Las zonas para evacuación están llenas de motos, atrás hay un charral, había una plaga de gatos, hay plaga de comején, la gasolina y el aceite de las motos cayeron sobre un tanque de agua, se filtró todo ese material de combustible y la grasa del aceite se mezclaron con el agua, que la jalan las bombas”, indicó uno de los denunciantes.
Incluso la acumulación de motocicletas impedía que se diera mantenimiento en aspectos como cortar el césped, al punto que explicaron que solo pudieron hacerlo hace poco debido a que se movieron algunos vehículos y, por ende, aprovecharon para estas labores.