Por: Francisco Gamboa Soto
Hoy la mayor parte del mundo estará de fiesta, ya sea que crea en el nacimiento del Niño Jesús o no, sin embargo, para la mayoría de los católicos esta será la motivación principal para reunirse en familia y celebrar lo que nos han dado a conocer las Sagradas Escrituras.
A como está el mundo actualmente, y en especial la situación económica de nuestro país, es de suma importancia que aprendamos acerca del significado especial de estas fechas y que comprendamos que lo más importante no serán las fiestas ni los regalos sino algo más importante, como lo es la unión familiar.
Pero además es relevante que aprendamos que en estas fechas resulta vital compartir con las personas que nos rodean, pero sobre todo con los más necesitados. Debemos aprender a ver al Niño Jesús en el rostro de los desposeídos, ya sean grandes o niños, pues muchas personas ocupan un platito de comida, un abrigo calientito o, por qué no, un presente que les ayude a sentir que el mundo no los ha olvidado.
Pues sí, diciembre es un mes de reflexión, que nos invita a la oración y nos llama a hacer el portal en nuestros propios hogares. No solo hay pesebre en Belén, sino en cada una de nuestras casas debemos rendirle honor y gloria a Jesús. No se trata únicamente de levantar la casita de madera y rodearla de musgo con aserrín de colores y posar las figuras de yeso.
Pero además es importante que aprendamos acerca de la historia que rodea este pesebre y este nacimiento, donde una pareja sin posesiones económicas ocupaba de la buena voluntad de algún alma caritativa y tuvo que andar mucho para por fin dar con un hombre que les dio, aunque sea, un rinconcito para que viniera el Salvador del mundo.
Es importante que cada uno de nosotros conozca el significado real de estas celebraciones y es que a la mayoría de nosotros nos reúne el nacimiento del niñito en un pesebre, rodeado de animales, perseguido y odiado antes de salir del vientre de su madre.
Pero, ¿quién era aquel que reunió a ricos y pobres, y con la estrella de Oriente trajo a los Reyes Magos? ¿Quién era ese niño que desató la furia de aquellos que se decían sabios, maestros y sacerdotes, enviados especiales del mismo cielo?
¿Se ha puesto a pensar quién era ese niño que cuando se hizo hombre se atrevió a dar la vida por desconocidos y cargó con culpas ajenas?
Bueno, ese mismo niño cuyo nacimiento marcó un antes y un después en la historia de la Humanidad sigue aglomerando a millones alrededor del mundo en su nombre, continúa en muchos idiomas inspirando oraciones, clamor y ventura.
Con el 2023 llegarán nuevos retos, proyectos y metas. En medio de los fríos característicos, tome un rato de su tiempo y reflexione en lo bueno y lo no tan bueno de este periodo próximo a terminar.
Tome decisiones, formule estrategias de vida, trace las líneas de lo humanamente posible de realizar, del resto se encargará el Creador.
Cuide sus finanzas, no permita que el comercio las consuma, no deje que las malas decisiones lo pongan en aprietos de cara al nuevo año. Analice detenidamente qué tiene, necesita y desea. Haga una lista de prioridades y destine así parte del dinero.
Que no sean las fiestas decembrinas la excusa perfecta para dejar de lado las responsabilidades ciudadanas, todos los costarricenses además de meternos de cabeza en las pachangas de fin y principio de año debemos desde ya comenzar a analizar el rumbo que deseamos para nuestro país.
No deje que los aires navideños y la locura del consumo lo hagan perder la noción del tiempo, acción que al final le puede salir caro. Celebre Navidad con responsabilidad, cuide de usted y los suyos.