Los vecinos de El Tirol, en San Rafael de Heredia, reportan que varios perezosos han estado muriendo a partir de la tala de cipreses ordenada por el Juzgado Agrario del I Circuito Judicial de Alajuela.
Estos animales no solo pierden su hogar en los árboles, sino que, en un intento desesperado por mantenerse en las alturas, recurren a postes del tendido eléctrico, sufriendo graves lesiones e incluso la muerte.
La situación no es nueva, pues los lugareños cuentan que lo mismo ocurrió en los dos años anteriores, cuando se cortaron varios árboles de la zona a partir de la demanda de una vecina rusa, quien exigió eliminarlos por ser un “peligro para su seguridad”.
Meryll Arias, directora regional del Área de Conservación Central del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), tiró la responsabilidad a la Municipalidad de San Rafael de Heredia al explicar que las acciones le competen directamente.
“El mantenimiento y la gestión de los árboles en derecho de vía recaen en la municipalidad, incluyendo su eventual corte, cuando así lo determine una resolución judicial”, señaló.
Diario Extra intentó contactar al alcalde Jorge Arias, pero no recibimos respuesta.
No obstante, el abogado ambientalista que acompaña en el caso, Walter Brenes, manifestó que ni la empresa privada que tala los árboles ni el gobierno local han recibido un informe oficial y prefieren no hablar al respecto hasta tener un criterio técnico.
No hay norma legal que los ampare
Álvaro Sagot, especialista en derecho ambiental y docente de la Universidad de Costa Rica (UCR), planteó que la Ley de Conservación de la Vida Silvestre está más enfocada en la cacería y tenencia ilegal de animales, por lo que no ampara completamente en este caso.
“Para que la tala de árboles se considere un delito penal debe demostrarse que hubo dolo, es decir, que la intención al cortar los árboles era dañar la vida silvestre. En este caso la tala se llevó a cabo en cumplimiento de una orden judicial, por lo que no veo cómo podría aplicarse una sanción penal”, explicó.
Una posibilidad es solicitar una revisión técnica que pruebe la afectación, pero los animales que ya murieron no podrían ser protegidos retroactivamente, puesto que no hubo intención inicial de causarles daño.
Especie se adaptó a los cipreses
Ronald Sánchez, biólogo de la UCR, aseguró que los cipreses, a pesar de ser una especie exótica, con el tiempo generó un ecosistema propio, utilizado por diversas especies de fauna.
“La realidad es que han sido parte del entorno durante muchos años y se adaptaron”, comentó.
Además la zona se encuentra cerca del Parque Nacional Braulio Carrillo, lo que actúa como una ruta para la biodiversidad de la región.