Gobierno apuesta por articular instituciones para enfrentar emergencias
Mary Munive, ministra de Salud, explicó a Diario Extra que la posibilidad de que los costarricenses vuelvan a vivir los embates de una pandemia como la del covid-19 no es tan lejana.
Según la jerarca, los virus de origen animal y la baja vacunación podrían hacer aflorar una enfermedad que sea potencialmente infecciosa, por lo cual apuestan por un monitoreo constante entre instituciones encargadas de velar por la salud para robustecer la vigilancia epidemiológica.
“Hay una actuación para responder y contener. Nosotros el año pasado justamente firmamos un convenio que empieza una serie de capacitaciones al respecto, porque la posibilidad ahora de una pandemia está latente. Entonces, ¿cuál es nuestra misión? Tener las estrategias para poder atacarla”, externó.
Entre la baraja de respuestas para “tener bien armado el país” y poder actuar ante una amenaza de este tipo aparece la capacitación de personal con el objetivo de crear articulaciones entre el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Pues Munive señaló que se deben generar alertas continuas con respecto a las zoonosis (padecimientos de origen animal), ya que tienen potencial pandémico.
Patógenos peligrosos
En agosto de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó la lista de virus que podrían desencadenar una nueva pandemia, dicho inventario ya supera las 30 infecciones y en este resaltan la gripe A, el virus del dengue y la viruela del mono.
Los patógenos prioritarios fueron elegidos por su alto potencial para provocar emergencias sanitarias globales, como pandemias. Esta selección se basó en la gran capacidad de transmisión y contagio, pues son virulentos y el acceso tanto a tratamientos como a vacunas es limitado.
Cabe destacar que la OMS concuerda con la ministra en que las enfermedades de origen animal podrían ser la chispa que detone una nueva crisis sanitaria mundial.
“Al priorizar la investigación de familias enteras de patógenos en lugar de un puñado de patógenos individuales, esta estrategia refuerza la capacidad de responder de manera eficiente a variantes imprevistas, patógenos emergentes, transmisiones zoonóticas. Además, enfatiza la necesidad de una pronta identificación y caracterización de las amenazas emergentes, la racionalización de los esfuerzos globales de investigación y desarrollo a través de hojas de ruta colaborativas y eficientes”, indicó la OMS.
Asimismo, las bacterias entran en el listado de posibles detonantes: la Salmonella enterica, Shigella dysenteriae, Vibrio cholerae y Yersinia pestis, asociadas con el cólera, la peste, la disentería, la diarrea y la neumonía, también son altamente peligrosas.
Para elaborar el inventario y actualizar los niveles de alerta los expertos evaluaron la incidencia global de 1.652 patógenos. La última vez que la OMS desarrolló algo similar fue en 2018, antes de la pandemia por covid-19.