El gobierno del primer ministro Fumio Kishida sólo cuenta con dos ministras, y la cámara baja del Parlamento japonés está compuesta en un 90% por hombres.
Y, una vez elegidas, las mujeres japonesas a menudo se enfrentan al machismo y al acoso sexual.
En un intento de cambiar la situación, un programa de mentores establecido por una fundación seleccionó a 20 mujeres menores de 40 años, ofreciéndoles seminarios con destacadas políticas para ayudarlas a imponerse.
Saito, la más joven de las 200 candidatas, está convencida de que este programa le permitió acercarse \”un poco más a su sueño\”.
\”Me interesé por la política porque pensé que podía dar esperanza a las personas con discapacidad\”, explica la joven, que fue operada por una pérdida de audición.
Además, varios casos de discriminación en Japón, de los que se ha hablado mucho, como la esterilización forzada de personas con discapacidad -a raíz de una ley hoy ya revocada-, reforzaron su determinación.
Al principio, esta estudiante de ciencias sociales no sabía por dónde empezar, pero el programa la ayudó a construir una red y a comprender mejor \”los aspectos buenos y malos de la política\”, explica.
Rei Murakami Frenzel, presidenta de la fundación, se sorprendió por el número de candidatas en la primera sesión del programa, que tuvo lugar de noviembre a marzo.
\”Habíamos supuesto que las mujeres no querían hacer política, pero en realidad no había suficiente apoyo\”, comenta Murakami, de 28 años, hija del fundador.
Para ella, la \”homogeneidad\” del poder de Japón significa que los representantes electos \”no se ocupan de las diversas cuestiones de la sociedad\”.
– Escasez de mujeres jóvenes en la política –
Japón nunca tuvo una mujer primera ministra y eso debe cambiar, estima la diputada Seiko Noda, de 62 años, que se presentó contra Kishida en las últimas elecciones internas para liderar el partido gobernante.
Seiko Noda también imparte cursos en el marco del programa.
\”Las personas educadas también consideran que la política está reservada a los hombres\”, lamenta la exministra.
Según explicó a la AFP, cuando fue elegida por primera vez para el Parlamento, hace 30 años, \”ni siquiera podía encontrar los baños para mujeres\”.
Aunque las cosas estén mejorando lentamente, Japón padece una \”aguda escasez de jóvenes políticas\”, afirma.
Natsuki Shinobori, otra participante y madre de dos hijos varones, cuenta que se sintió animada por un sentido de \”responsabilidad hacia Japón\”.
Sin embargo, ante las desigualdades que sufren las mujeres en política, Shinobori afirma que teme dejar de atender a sus hijos correctamente.
\”Las esposas apoyan a sus maridos si hacen campaña, pero sentimos que las mujeres no deben causar problemas a sus familias\”, señala Shinobori, de 36 años.
En las elecciones locales celebradas este mes, se presentó un número sin precedentes de mujeres, aunque, proporcionalmente, solo representaban el 16% de los candidatos.
Umeko Saito, de 75 años, es la única mujer en el consejo municipal de Niseko, en el norte. También ella desearía ver más mujeres en las asambleas locales, pese a que su paso por el Ayuntamiento le esté dejando un sabor amargo.
Uno de los otros consejeros \”me dijo que quería verme desnuda\”, relata. Además del acoso sexual, \”cuando hablo, otros consejeros me insultan para impedirme continuar, o me dicen que mis preguntas son extrañas\”, añade.
Saito luchó con éxito para poner fin a la tradición de contratar a jóvenes azafatas para servir bebidas y hablar con los representantes electos en eventos políticos.
Pero todavía siente que muchos la ven como una \”alienígena\” en el sistema político, y reconoce que \”muchas mujeres políticas no pueden denunciar el acoso\”.
Hay quien le ha recomendado que abandone el tema. \”No lo haré\”, asegura. \”Si lo dejo, no sé qué hago en política\”.