La sentencia de Taylor Parker se dictó el miércoles en Texas, tras varias semanas de juicio que comenzó en septiembre, según documentos judiciales.
Durante meses, Parker hizo creer a su novio y a sus familiares que estaba embarazada. Lo publicó en las redes sociales y compró un vientre de silicona falso.
Todo era mentira. La verdad era que se había sometido a una histerectomía y no podía tener hijos.
El 9 de octubre de 2020, Parker fue a la casa de Reagan Simmons-Hancock, una conocida de 21 años que estaba en los últimos meses de su embarazo, y la apuñaló más de 100 veces.
Tras abrirle el estómago para llevarse el feto, se marchó, dejando a la hija de la víctima, de 3 años, dormida en otra habitación.
Parker fue detenida poco después al volante de su vehículo a unos 15 kilómetros del asesinato. La recién nacida estaba en su regazo. Dijo a las autoridades que acababa de dar a luz. El bebé fue hospitalizado pero no sobrevivió.
Parker fue juzgada en la pequeña ciudad de New Boston, al este de Dallas.
Unas semanas antes del asesinato, Parker había empezado a buscar mujeres embarazadas en tiendas y maternidades, según el testimonio de la policía en el juicio.
Poco antes de los hechos, había visto numerosos videos de partos y cesáreas