Kimberly Suárez, la policía baleada el 9 de enero del año anterior, tendrá que vivir el resto de su vida con una serie de secuelas físicas y emocionales, detalló la perito judicial Sonia Ramírez.
Según manifestó Ramírez ante los jueces, consecuencias como la pérdida del habla se deben a que partes del cerebro de Suárez murieron por ausencia de irrigación.
Además, a la oficial se le diagnosticó una parálisis temporal de las cuerdas vocales, es decir, tendría una lesión cerebral en la zona que las controla provocando su inmovilidad.
Ramírez agregó que la oficial tiene incapacidad para poder tragar, así como problemas con la parte deglutoria. Sin embargo, se han buscado soluciones en beneficio de recuperación y salud en general de Kimberly.
EL CASO
El 9 de enero del 2021, la oficial Suárez salió de la delegación de San Joaquín de Flores donde estaba destacada para atender una situación de violencia doméstica en la Urbanización Siglo XXI de la misma localidad.
Suárez y dos compañeros escucharon gritos e improperios que salían de una de las viviendas del lugar, por lo que se acercaron y trataron de controlar la situación.
En ese momento, al parecer, salió un sujeto de apellidos Ruiz Juárez, ahora imputado por esta agresión, quien en actitud agresiva se enfrentó a los efectivos.
Ruiz aprovechó un descuido para quitarle el arma de fuego a un compañero de Suárez y dispararle directamente en la cabeza.
Tras lo sucedido, los colegas de la oficial solicitan recursos de refuerzos y ambulancia, porque su compañera quedó tendida en la calle.
Posterior a esto y el recibimiento de la atención médica, la afectada logró salir del hospital, dar sus primeros pasos y palabras que le permitieron que le dieran la salida para reunirse nuevamente con su familia.
El día de los hechos, Ruiz fue detenido de inmediato y llevado a la Fiscalía donde le interpusieron varios meses de prisión preventiva, hasta ahora que se realiza el juicio en su contra.