Luego de la fatídica noticia de que un joven de tan solo 21 años perdiera la vida a causa de una explosión de pólvora, el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) dio a conocer la cantidad de decomisos que ha efectuado de estos materiales en lo que va del año, en total 63.756 unidades. La cifra supera en un 100% el dato de 2022.
La reciente víctima de pólvora clandestina en Tirrases no es la única. En 2021, en Pitahaya de Cartago, una explosión cobró la vida de cuatro personas: una de ellas falleció en el sitio y las tres restantes murieron a los días de ingresar al hospital.
“Queremos recordarles que la pólvora permitida es toda aquella denominada lucería y, si queremos identificar otros artefactos que sean permitidos, son aquellos que de alguna manera van a detonar en el aire.
Ahora, la pólvora prohibida es aquella que detona en el suelo. Aquí lo delicado es que la masa de pólvora va a deflagrar en su totalidad o parcialmente en la mano o muy cerca de las manos de las personas que la están operando. Por eso es prohibida y solamente aquellas personas certificadas o técnicas pueden hacerlo para ciertos eventos”, indicó Erick Calderón de Fuerza Pública.
FÁBRICAS CLANDESTINAS
DIARIO EXTRA conversó con el jefe de la Policía Municipal de San José, Marcelo Solano, el cual mencionó que el problema con la venta ilícita de estos productos y con las fábricas clandestinas es que ocasionan accidentes e incluso fallecimientos.
“Una parte de las bombetas, por ejemplo, las tradicionales u otros productos de pólvora, vienen efectivamente de fábricas clandestinas fuera del país y no existe ninguna garantía del procedimiento pirotécnico que permita darles seguridad a los usuarios de esa pólvora, ya de por sí es explosiva y además es una pólvora peligrosa, pero para agregarle un elemento adicional esa pólvora es de dudosa elaboración porque se realiza en fábricas clandestinas, generalmente de lado panameño o Nicaragua, de los países hacia el norte, ese es el primer elemento”, externó.
Y agregó que el segundo elemento son las fábricas ilegales que hay en el país. “Aunque quisiéramos afirmar con toda certeza que no existen, lo cierto del caso es que se han registrado accidentes por mala manipulación, por mal almacenamiento o por la fabricación ilegal de productos pirotécnicos”.
Solano explicó que lo delicado de estos casos radica en el gran almacenamiento de pólvora dentro de una casa de habitación, sin embargo, asegura que también el desarrollo de la industria técnica ha minimizado los riesgos.
“Empresas lícitas bajo la supervisión del Ministerio de Salud, el Ministerio de Seguridad Pública y la municipalidad correspondiente que hace que el mercado pueda ser abastecido por producto legales”, mencionó.
El Periódico de Más Venta en Costa Rica consultó a Boris Molina, abogado penalista, sobre las consecuencias legales que pueden acarrear las personas que se dediquen a la elaboración clandestina de pólvora o que se vean envueltas en un accidente como el que ocurrió hace unos días.
“El manejo de pólvora en esos niveles es ilegal, entonces la distribución de pólvora es ilegal cuando no se cuenta, evidentemente, con los permisos requeridos.
No conozco el caso como para decirle si estamos en presencia de un delito, pero muy probablemente sí lo estemos, eso desde el punto de vista del almacenamiento y el trasiego de la pólvora.
Desde el momento que se causa el accidente, digamos por negligencia, imprudencia, irresponsabilidad o por la razón que sea, evidentemente esa persona no solo respondería penalmente, sino que podría ir a la cárcel.
También económicamente estaría obligada a restarle los daños y perjuicios, de conformidad con el artículo 1045 del Código Civil. Entonces sí se enfrenta a muchas sanciones”, comentó el penalista.
En cuanto al caso de Tirrases, Solano dijo que, como hubo una muerte y ocurrió en una vivienda, el delito no procede.