Caravana viajó desde Santa Ana hasta Barrio Cuba
Pese a su ropa negra y con extravagantes calaveras, poco más de 100 motociclistas se unieron para que la vida de algunos niños se llenara de color y alegría durante estas fiestas navideñas.
Desde horas de la mañana de este domingo, el peculiar grupo de conductores se reunió en el cantón de Santa Ana donde, de forma disonante, su ruda imagen se mezclaba con peluches, carritos y balones de fútbol.
“Tenemos 17 años haciendo el Toy Run como parte de la Asociación Costarricense de Motoclubes, donde cada Navidad organizamos el evento para ayudar a orfanatos, iglesias y otras organizaciones”, comentó Tak, presidente de la agrupación.
Este año no se trató de llevar solamente regalos, pues también ayudaron con útiles para el inicio del ciclo escolar 2025, beneficiando a un total de 331 niños.
“Tenemos que recordar que hay gente que está pasando esta época muy mal y muy duro, entonces, siempre es bueno organizarnos todos para ir ayudando. Es explicarle a la gente que parte de la ley motociclista es hacer cosas buenas”, señaló a Diario Extra.
David Porras, otro de los motorizados participantes, explicó que esta clase de actividades permiten ver que sobre los vehículos, no hay delincuentes ni pandilleros, sino profesionales a los que los une la pasión sobre dos ruedas.
“Aparte de devolver un poquitito lo que Dios nos da, esto es compartir con la gente que menos tiene, porque, en el caso nuestro, muchos piensan que nosotros solo salimos a parrandear, pero nos gusta devolver un poquitito lo bueno que Dios nos entrega y dar a los niños que son los más necesitados”, añadió.
En coordinación con la empresa Globalvia, los motociclistas atravesaron la ruta nacional Nº 27 sin detenerse, además, de lograr incluir a 47 menores de edad de la comunidad indígena de Boruca.
“Todos estos muchachos que andan en motocicleta, muchas veces los vemos y creemos lo peor de ellos. Aquí están todos con sus regalitos, porque lo que queremos es hacer una diferencia para estos niños”, apuntó Montserrat Courrau, representante de la compañía.