Por todos es sabido que en Tiquicia las cosas están muy caras. Los alimentos, los servicios, los taxis, la gasolina y ahora también suben los pasajes de bus, según los requerimientos que hacen las empresas a la Autoridad Reguladora.
Costa Rica es un país en el que la mayor parte de su población utiliza el bus, ya sea para llegar a su centro de estudio, trabajo o hacer algún mandado, pero a como pinta la situación no quedará más que sacar la bicicleta o andar a pie si queremos ir a algún sitio.
Y es que desde hace algunos meses está en la palestra un proyecto para aumentar la vida útil de esos automotores, a pesar de que en ningún lado queda claro cuándo los buses dejan de estar en condiciones aceptables, esto se viene discutiendo y divide al país, porque una gran parte de la población aduce que muchos buses están en mal estado, que otros no cumplen con la ley 7600 y además están quienes afirman que ciertas unidades son un peligro.
Y lastimosamente no los ha ayudado mucho el hecho de que buses en varias partes del país se han incendiado, gracias a Dios no se han dado pérdidas humanas, pero solo el hecho de que un automotor prenda fuego genera una gran preocupación entre quienes usan dicho transporte público.
Muchos podrán decir que andan carros más viejos en la calle y nadie pega el grito al cielo, pero en ellos no se traslada gran cantidad de personas, no es un servicio público y además la gente no debe pagar para usarlos.
La gente está preocupada porque, si en la actualidad hay buses que son un peligro para los usuarios, porque parecen latas a punto de desarmarse, no les sirven los frenos, se quedan botados en cualquier momento y hasta se les mete el agua, ¿qué irá a pasar si se les permite circular por más años?
Además, algunos parece que desde que los compraron no los volvieron a lavar ni a limpiar, porque las cucarachas y los ratones son los principales habitantes que amenazan la salud de los pasajeros.
Si bien muchos autobuseros alegan que los mismos pasajeros dañan las unidades, es injusto que alguien que pague por un servicio no reciba calidad.
Quizá de las cosas más alarmantes de las que nos hemos enterado en los últimos días es que el Ministerio de Obras Públicas y Transportes solo cuenta con 4 inspectores para vigilar que efectivamente los buses que ya cumplieron su vida útil salieran de las calles. Se torna realmente alarmante saber que existen entre 3 mil y 4 mil buses que circulan diariamente y solamente hay 4 inspectores, entonces prácticamente les tocan 1.000 autobuses a cada uno, eso es prácticamente imposible de manejar.
Ante este panorama no queda más que darse cuenta de que dependemos de la buena voluntad de los empresarios del sector para que de verdad los buses que ya no están para circular se saquen de las vías nacionales.
Es urgente que las autoridades hagan algo para mejorar la supervisión, porque si no nos pueden estar bailando a todos y no hay manera de darse cuenta. El problema de permitir circular buses que ya no están autorizados es que luego ocurre una desgracia, hay pérdidas humanas y ya nadie quiere hacerse responsable ni los seguros cubren a ninguna víctima.
Lo primordial es que primen la seguridad y sobre todo el bienestar de quienes pagan pasaje para evitar tragedias como la ocurrida a Cambronero, porque si bien en ese caso se responsabiliza a la naturaleza, también se habla de que el autobús ya no tenía permisos.
Ojalá que se hagan revisiones reales, estrictas y que el autobús que no cumple salga de circulación. Es preferible perder una carrera que vidas humanas, estas últimas son irrecuperables.