Con una remontada forjada a puro trabajo y sudor, Cartaginés convirtió las críticas hacia sus jugadores y cuerpo técnico en elogios y felicitaciones.
La escuadra de la Vieja Metrópoli se impuso por un marcador de 3-1 a un Saprissa que inició la era de Jeaustin Campos a trompicadas, aunque este no estuvo en el banquillo por una sanción y en su lugar giró instrucciones Randall Row.
CON EL GAS A FONDO
El conjunto blanquiazul tuvo un inicio acelerado de partido con transiciones rápidas que desde temprano comprometieron a la S en parte baja, pero infructuosas durante toda la primera mitad.
Con pases cortos y directos, los brumosos accedieron a territorio contrario, sin embargo, capitalizar las opciones en el último cuarto de cancha se les negó. La mejor oportunidad desperdiciada por los hombres de casa se presentó a los 15 minutos, cuando Marcel Hernández habilitó a Dylan Flores con un pase que era medio gol, pero el volante lo estrelló en la humanidad del arquero Aarón Cruz.
El Monstruo no se rezagó. Los morados pusieron de su parte para brindar un espectáculo que hizo rodar el balón de lado a lado con la salvedad de tener más llegadas, pero la misma nula eficacia de cara a marco.
El recurso que más apostó por explotar la S fueron los remates de larga y media distancia ante las complicaciones para filtrarse en la zaga local.
La polémica no escapó de la cita. Una mano de Michael Barrantes dentro del área, en el arranque del cotejo, calentó los ánimos en los banquillos muy pronto.
ALEGRÓN DE BURRO
En el segundo tiempo la intensidad y dinámica se mantuvieron. Para el complemento dijo presente el invitado por el que todos aguardaban.
El Monstruo encontró al 59’ en Christian Bolaños la llave para abrir el cerrojo cartaginés, pero esto solo sería un vil espejismo que al cabo de pocos minutos puso contra la pared a los morados.
El tiempo pasaba y el público brumoso exigía respuestas. Los blanquiazules se vieron en una encrucijada de la cual salieron airosos.
Al minuto 68, Michael Barrantes centró un balón que William Quirós peinó con su cabeza lo suficiente para que Aarón Cruz no pudiera evitar el empate. La anotación desestabilizó a los morados. El lateral Sergio Céspedes fue quien incurrió en el error más grave cuando al 73’ le dejó servida la mesa a Marcel Hernández, quien con frialdad eludió una marca y azotó las redes para darle la vuelta a la tortilla.
Los problemas aumentaron en el bando visitante con la expulsión de Céspedes por acumulación de cartulinas amarillas en 86 minutos. Con la diferencia de hombres en el terreno de juego, Cartaginés fue por más y lo consiguió. Marcel Hernández liquidó las acciones al 88’.
Tenía razón Jeaustin en su presentación cuando indicó que no podía hacer magia ni sacar conejos del sombrero; Saprissa está en crisis, su planilla es floja y la dirigencia debe poner las barbas en remojo.