Un modelo de desarrollo constituye un conjunto de lineamientos surgidos a partir de consensos y acuerdos que buscan lograr el desarrollo de una unidad territorial determinada, y que involucra no solo el ámbito económico, sino también los ámbitos social, político y cultural.
El modelo de desarrollo que se ha aplicado en nuestro país no ha funcionado bien, lo cual lo determinan situaciones como las que actualmente Costa Rica presenta, con una de las desigualdades más altas de América Latina.
De acuerdo con el XIX Informe Estado de la Nación, en los últimos 20 años la desigualdad se disparó y hoy el ingreso del quintil más rico de la población es 24,8 veces mayor que el ingreso del quintil más pobre, aunado a la situación de que la pobreza no ha disminuido, y tenemos más de 1,3 millones de pobres, lo cual se ha incrementado con la pandemia y el desempleo también con más de 500 mil personas sin trabajo.
El modelo ha fallado debido a que se basa en aspectos macroeconómicos como el criterio de que el desarrollo basado en el crecimiento económico solucionaría los problemas sociales. Lo cual determinaba que los esfuerzos por centrarse en el crecimiento como medio para lograr el desarrollo económico, reducir el nivel de endeudamiento y mantener las tasas de interés bajas y controlada la inflación, es decir, las variables macroeconómicas, eran por lo tanto medio y fin del desarrollo.
En la realidad no funcionó y se demostró que no había una relación automática entre el crecimiento económico y el aumento del bienestar de la gente y la reducción de la pobreza.
El modelo de desarrollo no solo debe ser con base en lo propuesto por el partido en el gobierno, sino que deben participar los otros partidos políticos, empresarios, trabajadores y sociedad civil para que se dé una visión compartida de país y del rumbo que debe llevarse y plasmarse en el Plan Nacional de Desarrollo con una visión de largo plazo, por lo que se debe proponer un plan de desarrollo país.
Se debe propiciar un modelo de desarrollo que aspire a la prosperidad espiritual y material de todos los costarricenses y que tenga presente la interdependencia creciente de Costa Rica con otros países. La educación debe ser un elemento esencial de ese modelo, pues es un instrumento fundamental para eliminar la pobreza.
Las acciones para promover el desarrollo del país estarán orientadas a lograr que los avances en los procesos de innovación y las oportunidades de acceso a la educación, vivienda, crédito, tecnología, conocimiento técnico y dominio de las mejores prácticas estén disponibles para todos los costarricenses.
Las causas del limitado crecimiento económico y social son muchas: un manejo ineficiente de los recursos por parte del sector social, compuesto por más de 20 entidades públicas y varias entidades privadas que colaboran; la corrupción; y los modelos económicos que se han aplicado, que se centran en aspectos macroeconómicos como déficit fiscal, nivel de inflación y crecimiento del PIB, en detrimento de las personas.
En el Informe Estado de la Nación del 2020 se señala: “En la inmediatez no se están abordando los ‘puntos ciegos’, o cuellos de botella estructurales del estilo de desarrollo que el país enfrentaba, según lo indicado en el ESTADO DE LA NACIÓN SINOPSIS | CAPÍTULO 1 ➜ Valoración general 2020, y que han derivado en la frágil situación en que la pandemia encuentra a Costa Rica.
En síntesis, dado que los fundamentos del desarrollo humano en Costa Rica están comprometidos, la crisis actual podría agravarse aún más y tornarse en una crisis estructural del sistema económico, social, político e institucional que conduzca a la nación a un largo y complejo período de turbulencias y retrocesos”.
La pobreza y la inequidad son la consecuencia de un modelo que no hace una distribución equitativa de la riqueza. La tarea prioritaria debe ser construir un nuevo orden social que se sustente en una justa distribución de la riqueza. La disminución de la pobreza y de la desigualdad en Costa Rica es un deber ineludible e impostergable para propiciar el bienestar general de las mayorías.
No hay duda que el modelo de desarrollo ha incidido en el nivel de pobreza, desigualdad y pobreza. Pero también el mal manejo de la Hacienda Pública con un nivel de endeudamiento inmanejable, un déficit fiscal muy elevado que puede cerrar en el 2020 entre un 9% y un 10% del PIB, y un sector público que no se puede sostener, dado el alto nivel de gasto y con 331 instituciones públicas.
*Consultor