Visiblemente disgustado por las recientes críticas, se mostró Michael Soto, ministro de Seguridad Pública, tras la circulación de informaciones relacionadas con la compra por parte del gobierno de Luis Guillermo Solís de un avión King Air 250, cuyo valor asciende a los ¢7 mil millones, de los cuales, el país aportó ¢4.100 millones y el resto corrió por cuenta del gobierno estadounidense.
Soto no escondió su molestia, pues según señala, los cuestionamientos han querido dañar la intención de la compra, que es brindarle al país una eficaz herramienta para la lucha contra el crimen organizado y concretamente el tráfico de drogas.
“Me van a disculpar por la frustración (…) es necesario reiterar que esto no se trata de un lujo, no es un avión en el que vamos a viajar el Presidente o mi persona como ministro, es un radar y el país está en una etapa en la que necesita de más elementos para la lucha criminal”, dijo Soto.
La aeronave será usada por personal del Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) del Ministerio de Seguridad Pública (MSP) para monitorear el territorio nacional, así como los mares donde haya pesca ilegal y trasiego de cargas con droga.
Fueron en su mayoría diputados de Asamblea Legislativa, quienes se mostraron disconformes por la acción del anterior gobierno de Luis Guillermo Solís, debido a que en plena crisis fiscal se ejecutó una compra con tan alto valor en apenas 3 días.
DIARIO EXTRA consultó a otros exministros, quienes prefirieron no dar declaraciones públicas, pero indicaron que si bien es cierto la aeronave tiene un valor para combatir el crimen organizado, su costo económico es muy elevado.
El avión King Air 250 no contará con asientos para pasajeros, únicamente un espacio de monitoreo de última tecnología.