Si bien los problemas de comunicación entre Casa Presidencial y la prensa son de larga data, la situación empeoró a finales de mayo de 2020 con la llegada de Agustín Castro como ministro de enlace con el sector.
Para esas fechas, y con la justificación de la pandemia por Covid-19, que recién empezaba, el Ministerio de Comunicación no solo eliminó la conferencia posterior al Consejo de Gobierno, sino que prácticamente escondió al mandatario Carlos Alvarado, a sus dos vicepresidentes, y hasta a su entonces ministro de la Presidencia, Marcelo Prieto.
Pero la obstrucción de las autoridades hacia la prensa no solo quedó ahí. Cada vez más, la Casa Presidencial continuó concentrando la mayor cantidad de información.
Lo anterior no solo sigue provocando un embudo a la hora de conseguir declaraciones y datos para la ciudadanía, sino que deja atadas de manos a la decena de oficinas de prensa de las instituciones públicas.
Lo más sorprendente de la circunstancia es que la mordaza en contra de los medios no se acentuó por casualidad o debido a la emergencia de Covid-19, sino que la obstrucción fue ordenada por el ministro Castro.
INFORME
Así lo reveló el informe de labores de la exdirectora de Comunicación de Casa Presidencial, Laura Valenciano.
Según el documento, del cual tiene copia DIARIO EXTRA, “el tiempo de respuesta de las consultas de prensa, por procedimiento instaurado por el ministro Castro, se vio ampliado, razón por la cual se pasaron a atender al límite del plazo”.
Es decir, Zapote está tardando los 10 días constitucionales o más en responder una simple solicitud. Pero la cosa no queda ahí.
El documento emitido el 7 de enero anterior advierte, además: “El cambio de estrategia del ministro Castro en el uso de cadenas nacionales provocó que se produjeran muchísimas menos”.
En cuanto a las conferencias de prensa posteriores al Consejo de Gobierno, Valenciano señaló: “A partir del cambio de jerarca, y el que el Consejo de Gobierno fuera virtual, dejó de haber un espacio semanal para aclarar consultas de prensa con presencia de los jerarcas de Presidencia y Comunicación como voceros del Gobierno. Solamente se ejecutó una en este periodo”.
Lo anterior hace referencia al cambio entre la exministra de Comunicación, Nancy Marín, y el actual jerarca.
Cabe subrayar que la última conferencia posterior al Consejo de Gobierno se realizó el 2 de julio de 2020.
PLANIFICACIÓN
Y PANDEMIA
Otra de las preocupaciones que alertó Valenciano fue en cuanto a planificación: “Igualmente en la administración del ministro Castro, no se contó con una reunión de cualquier periodicidad, donde se le informara al equipo sobre el flujo de trabajo, siendo esto comunicado de manera diaria e individual”.
DESAPARECIDO
Estas advertencias señaladas por la exfuncionaria las ha denunciado no solo la oposición en el Congreso, sino el propio DIARIO EXTRA.
Tal como publicó El Periódico de Más Venta en Costa Rica en su editorial del jueves 16 de julio de 2020, “Se busca Ministro de Comunicación de C.R.”, Castro no solo obstruye la labor de la prensa, sino que no funge como vocero. Ni siquiera responde las llamadas a su celular.
Para colmo el jerarca, en un Gobierno que fomenta el teletrabajo y la digitalización, ni siquiera tiene WhatsApp.
“Inexplicable es el actuar del jerarca, a quien por mandato presidencial le corresponde informar a los habitantes del país las incidencias de la Casa de Cristal, parece que se lo tragó la tierra o sufre de pánico escénico. Podemos pensar que don Agustín huye de la prensa, de los cuestionamientos y prefiere no dar la cara, algo así como el poder detrás del trono, pues solo se ven sus subalternos gritándoles a los periodistas y controlando los datos. Sin embargo, don Agustín gana mucho como para poner emisarios a comunicar, el sueldo promedio de este funcionario es de nada más y nada menos que de ¢3 millones”, denunció El Diario del Pueblo en aquella oportunidad.
• Belisario Solano, Colegio de Periodistas
HAY UN DOBLE DISCURSO SOBRE DEMOCRACIA
El presidente del Colegio de Periodistas, Belisario Solano, criticó la labor de Castro. Aseguró que el manejo de la comunicación del Gobierno se aleja de los Estados democráticos.
“Las democracias terminan cuando se ataca la libertad de prensa. En el momento en que un sistema democrático empiece a vulnerar las garantías fundamentales como la libertad de expresión y la libertad de prensa, ahí es el principio del fin de una democracia. Todos estos síntomas que estamos viendo de actitudes de los jerarcas, del Presidente de la República, de no enfrentar a la prensa, de no hablar con la prensa, del Ministro de Comunicación de no dar citas, de no aceptar el cara a cara con sus colegas, es un mal síntoma en el sistema democrático costarricense”.