Mediante una norma de abordaje para la atención del cáncer de mama, el Ministerio de Salud fijó nuevos plazos que deben ser respetados para la realización de mamografías, diagnósticos y procedimientos.
De acuerdo con la nueva directriz nacional, las de tamizaje deberán realizarse en un plazo no mayor a 30 días tras su solicitud, con un tiempo óptimo de 15 días.
Asimismo, el reporte de resultados deberá entregarse en un máximo de 30 días, aunque se recomienda hacerlo entre siete y 15 días para acelerar el proceso de diagnóstico.
“La intención es garantizar un acceso más rápido y eficiente a los servicios de salud para que las pacientes tengan mejores oportunidades de tratamiento y recuperación”, expresó Mary Munive, ministra de Salud.
El cáncer de mama es la principal causa de enfermedad oncológica entre las costarricenses y aunque Costa Rica sobresale internacionalmente con una tasa de sobrevida del 87%, la detección tardía sigue siendo un reto.
Para enfrentar este escenario, Salud reforzó los lineamientos de atención, estableciendo también un periodo máximo de 60 días desde el diagnóstico positivo hasta la cirugía, con un tiempo ideal de 30 días.
La enfermedad en C.R.
Aunque históricamente esta enfermedad es común en mujeres mayores de 50 años, cada vez son más las jóvenes diagnosticadas, de acuerdo con datos del Registro Nacional de Tumores del Ministerio de Salud. Esta problemática plantea nuevos retos para el sistema de atención y la conciencia social sobre la detección temprana, lo cual obliga también a buscar alternativas de tratamiento que permitan que estas pacientes se curen y tengan una esperanza de vida alta.
“Tal vez estadísticamente no se refleje ese aumento de casos en edades cada vez más tempranas, pero en la práctica clínica sí lo podemos constatar y siempre tienen una connotación más dramática por la expectativa de vida y la longevidad que tiene una mujer en Costa Rica, que ronda a los 80 años”, comentó Rolando Loría, oncólogo radioterapeuta.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las mujeres jóvenes es la detección oportuna. Las guías de tamizaje suelen enfocarse en pacientes mayores de 50 años, esto provoca que muchas menores de 40 no accedan a mamografías o ultrasonidos mamarios de rutina, lo que retrasa el dictamen médico.