Ante la ola de criminalidad que azota a Costa Rica, donde los menores de edad cada vez se están viendo más involucrados en el narcotráfico y el sicariato, DIARIO EXTRA consultó la opinión de diputados, jerarcas y expertos sobre la Ley Penal Juvenil.
La discusión sobre ¿si es necesario un cambio en la norma?, volvió a la palestra. De ahí que El Periódico del Pueblo busco a los entendidos en la materia.
Saber si consideran si la ley se debe modificar con el fin de hacer más estrictos los castigos para esa población y además conocer algunos de los hechos que pueden llevar a los niños y jóvenes a cometer este tipo de delitos, tomando como referencias que un adolescente de 17 años al parecer es el asesino de Jeiner Gómez, agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), asesinato en el cumplimiento del deber y dos niños de aproximadamente 6 años que jugaban a ser sicarios.
LEY PENAL JUVENIL
La Ley Penal Juvenil es una legislación que rige para todas las personas menores de 18 años y se basa en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas Menores de Edad, la cual establece el tipo de penas que recibirán los menores de edad en caso de cometer un delito.
Según los expertos, las mismas son las más altas en Latinoamérica y a su vez se subdividen en tres. Cabe señalar que esta normativa pretende que los menores puedan ser reintegrados a la sociedad y no que sean castigadas por sus actos.
Esta normativa se subdivide así: mayores de 12 y menores de 15 años pueden llegar a cumplir una pena hasta de 10 años de reclusión, y los mayores de 15 pero menores de 18 años, quienes podrían llegar a cumplir hasta 15 años de reclusión.
Las personas menores de edad son juzgadas por un solo juez, lo que ocasiona que, a diferencia de los adultos, que son sometidos a un proceso en el que interviene un tribunal colegiado, los juicios sean más expeditos.
DATOS
De acuerdo con datos del Ministerio de Justicia y Paz, actualmente 49 menores de edad se encuentran recluidos en el Centro Penal Juvenil Zurquí por delitos contra la vida.
Se les recluye en dicha institución con el fin de reinsertarlos a la sociedad.
La criminóloga Laureen Gordon explicó que los grupos organizados buscan menores de edad que no tengan ningún tipo de ingreso económico ni responsabilidades educativas, que además se hallen en estado de vulnerabilidad y, por supuesto, no cuenten con el apoyo de sus familias para convencerlos de que sumarse a sus filas es la mejor opción.
“Los grupos criminales lo que hacen es ‘endulzarlos’. Ellos les dicen ‘mira vas a tener poder, vas a tener dinero’, ‘nosotros sí te queremos, somos tu familia y te vamos a cuidar’, ‘te vamos a dar todo aquello que la sociedad te ha negado: compañía, una familia y un grupo que va a estar contigo y vos vas a formar parte de nosotros’. De esta forma los delincuentes tienen la facilidad de enredar a los jóvenes en situación de vulnerabilidad”, explicó.
La criminóloga dijo que la influencia de miniseries y telenovelas de corte narco, como El Señor de los Cielos y este tipo de producciones audiovisuales, donde se ve que los narcotraficantes viven bien y posteriormente se pasan al bando de la policía, hace creer a los menores que esta es la vida que sueñan.
“Los menores idealizan este tipo de novelas, donde el narcotraficante se pasa al bando bueno y canta a las demás bandas, entonces se queda con la plata, con las mujeres, con la popularidad, sabiendo que esto es irreal”, añadió.
MANO BARATA
Según Gordon, el crimen organizado ve en este grupo etario mano de obra barata porque es la más fácil de reemplazar, es la que recibe menos dentro de la estructura.
“Mientras que aquel que dirige la organización criminal recibe millones de millones por todo lo que genera. A ese pobrecito le dan lo que quede de la piedrita, lo que quede de la dosis de coca que vendieron. Ese poquitito es lo que se dejan”, indicó.
La experta mencionó que también ven personas que van a recibir beneficios carcelarios porque si las detienen permanecerán pocos años en la cárcel.
Pero lo más preocupante es que estas organizaciones ven a los jóvenes como elementos fácilmente reemplazables, porque si matan a uno de 14 o 15 años habrá 10 haciendo fila.
CASTIGO A RECLUTADORES
Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), considera que no se debe apuntar hacia los menores de edad, sino más bien castigar a las personas encargadas de reclutarlos para que se sumen a las bandas criminales.
“Resulta que en este país hay un problema bastante grande a nivel de acceso a educación y fuertes de empleo. En el país tenemos un 10% de menores de edad que viven por debajo de la línea de pobreza extrema, pero cuando nos vamos a las costas, como Puntarenas, un 22% de menores viven por debajo de la línea de pobreza y en Limón un 23%.
Estas personas no tienen acceso a la educación, no tienen ni siquiera un colegio en el 77% de los casos, por lo que son jóvenes que no tienen la opción de obtener trabajo y una de las pocas opciones que se les ofrece de manera informal es que haya grupos de delincuentes que los recluten para cometer homicidios, para cometer delitos”, declaró Zúñiga.
También hizo referencia a que los grupos criminales se nutren de las personas e indicó que no podrían existir si no suma miembros.
“A lo que quiero llegar con esto es dónde está la otra parte, dónde está la penalización de las personas que toman a esos menores y los ponen a delinquir.
Un menor de edad no tiene el dinero suficiente para comprar un AR-15, un menor de edad no tiene para adquirir un arma de fuego que puede costar ¢1 millón, ¢2 millones. Ellos no tienen el dinero para eso, por lo que me gustaría que haya una conversación seria sobre el tema, pero que se revise quién está poniendo a matar, porque el menor como tal debería estar en la escuela, en el colegio, estudiando y no cometiendo estos delitos”, sentenció.
MINISTRO DE SEGURIDAD
Mario Zamora, ministro de Seguridad Pública, aseguró que se deben cambiar las penas establecidas en la Ley Penal Juvenil y que urge realizar una reforma a esta legislación, ya que a su parecer los menores de edad requieren un tratamiento penitenciario de más largo plazo.
“Los menores requieren un tratamiento penitenciario de más largo plazo; es decir, recordemos que la medida no es la venganza, no es simplemente ponerlos tras las rejas.
El tratamiento penitenciario debe ser de largo plazo para desarticular esa conducta criminal y esto deben entenderlo las personas que tienen la capacidad de cambiar las leyes”, expresó.