El exmandatario Miguel Ángel Rodríguez recientemente presentó su nuevo libro “Vida y Legado”.
El cuadragésimo tercer presidente de la República de Costa Rica, quien ejerció su mandato de 1998 a 2002, lanzó su obra autobiográfica en que comparte las distintas etapas de su existencia, incluyendo las no tan exitosas.
Durante una ceremonia en el auditorio Alberto Brenes Córdoba, ubicado en la Universidad de Costa Rica, el exmandatario comentó el porqué de su proyecto.
“Esta es la vida que Dios me ha regalado, familia, fe (…), como toda vida humana, la mía ha tenido cruces. Para tener humildad, Dios me ha permitido tener errores (…), esta es la presentación de ‘Vida y Legado’, permítanme leer algo de las páginas finales: ‘mi vida continúa y pretendo seguir activo, ya no hay fangos. La vida lo acomoda a uno de acuerdo a sus necesidades (…)’”, expresó Rodríguez durante su presentación del libro. DIARIO EXTRA conversó con el economista y exgobernante. A continuación, un extracto de la entrevista.
¿Hace cuánto tiempo tenía planeado lanzar el libro?
– La verdad no hacía tanto tiempo. Cuando lo empezamos, no le había dado tanto pensamiento a hacer unas memorias en modo de autobiografía.
¿Qué lo motivó a escribirlo?
– Fue hace unos tres o cuatro años que Lorena (Clare, su esposa) empezó con la idea de que ella quería dejarles alguna información a sus nietos para que en el futuro pudieran saber un poco de ella y de su vida, que conocieran un poco de lo que ella ha hecho, de las condiciones de vida de la Costa Rica de mediados del siglo XX y cómo nos habíamos desarrollado. De ahí surgió la idea de lanzar un libro entre los dos, pero Lorena fue la que me dijo que no, que yo ya iba muy adelantado y le iba a estar poniendo presión a ella, así que mejor cada uno por su lado, y bueno, al final ella terminó de escribirlo antes que yo y logró que la universidad le aprobara el libro antes que el mío y por eso su libro salió publicado mes y medio antes que el mío.
¿De qué trata?
– Trata de todo (risas), de lo divino y de lo malo, desde San José en mi niñez, infancia y juventud en el barrio Aranjuez en la primera mitad del siglo pasado, donde viví hasta que me casé, de mi vida universitaria, de mi matrimonio, de la familia, de mi estudio en el exterior, del trabajo durante el gobierno de don José Joaquín Trejos. La vida empresarial, porque había que ganarse el arroz y los frijoles cuando se terminara el puesto del Gobierno, había que buscar un puesto, el cómo aparecieron personas generosas que tuvieron confianza y me dieron puesto en la prensa y cómo a lo largo de todo esto estuve dentro de la academia impartiendo clases, incluso antes de salir a estudiar el doctorado en Estados Unidos. También tomé en cuenta mi participación en política electoral durante los períodos que yo no estaba buscando ninguna posición, cómo arranca una campaña electoral, el recorrido político, en el Congreso, la campaña a la Presidencia que ganamos, el periodo posterior, donde me fui a vivir y enseñar en el extranjero, la lucha por la Secretaría de la OEA (Organización de los Estados Americanos), la persecución que después tuve, mi defensa durante dicha persecución, la vida con mi familia y lo que he estado haciendo durante estos años.
¿Qué puntos toca sobre su paso por la Presidencia, e incluso de la persecución?
– Van a tener que leer el libro para saberlo (risas), porque es una explicación larga, pero sí cuento sobre los distintos campos de acción en el Gobierno, tanto lo que debía hacer dentro de la administración usual del Poder Ejecutivo y la relación con los otros Poderes de la República, como las transformaciones, leyes fundamentales, la obra en distintas áreas. La forma en la que ejercí mi Gobierno, lo que significaba una manera distinta de administrar y después yo había escrito en el año 2006 el libro “Di la cara”, en el cual me refería a la persecución que estaba teniendo en ese momento, que en aquel entonces no tenía ni dos años y ahora hago un resumen de esos primeros dos años y cuento el resto de la historia, que fue mi defensa en estrados, cuando vine voluntariamente al país para presentarme ante los tribunales.
¿Cómo cree usted que está la lectura en esta época de enfoque en lo digital?
– La lectura sigue siendo algo muy importante, ahora tomar un libro en las manos es distinto a leerlo en la pantalla de una computadora, pero hay gente que prefiere leerlo así, a través de una computadora, e incluso hoy día puede también oírlo, de manera que yo no creo que esto esté eliminando ni los libros ni la lectura ni la necesidad que tenemos todos de informarnos y de enterarnos los diferentes puntos de vista de los demás.
Aunque usted relató que el libro pretendía dejarle parte de su legado a sus nietos, ¿qué consejos podría encontrar la juventud en el texto?
– Bueno, es un poco pretencioso tratar de decir que es un libro de consejos. Siento que es más una historia con sus éxitos y fracasos, como todo en la vida, y como somos los humanos, que no tenemos todo el conocimiento, aunque sí tiene un poquito de narrativa sobre el esfuerzo que se requiere para lograr hacer algunas cosas y cómo lograr en la vida otras cosas basado en la preparación que uno debe tener para cumplir ciertas tareas. Tal vez lo más interesante es ver cómo una persona de más de 84 años y medio tiene hoy día la capacidad de seguir aprendiendo, escribiendo y aportando al país sus ideas.
¿Cómo fue la experiencia de ser mandatario en una época cuando no había redes sociales, que ahora son tan influyentes? ¿Cree que sería distinta su experiencia en estos tiempos?
– No hay duda que tienen un impacto de diferencia, aunque en lo esencial es lo mismo; los países enfrentan siempre los mismos problemas con distintas técnicas para afrontarlos, aunque en mi tiempo no hubo esos problemas de seguridad ciudadana que han existido en los últimos años, pero hicimos un trabajo muy importante en dicho tema.
¿Si pudiera cambiar algo de su mandato, lo haría? Y, de ser así, ¿la historia de su libro sería distinta?
– Sí, evidentemente nunca es lo mismo ser entrenador del equipo durante el juego que ser el entrenador del equipo el día siguiente del partido. Uno tiene una información distinta, de manera que no hay duda que uno tendría mayor información a la que se tenía en el momento. Probablemente, cambiaría más de una cosa, por ejemplo, el haber permitido la apertura de las telecomunicaciones, de electricidad en el caso del ICE, lo que causó una complicación para que se aprobara y luego se aprobó 10 años después con el referéndum que se hizo, tal vez el mantenerlas separadas, tal y como lo presentamos, hubiese sido mejor para lograr su aprobación.