Veinticuatro migrantes africanos, en apariencia provenientes de Paso Canoas, llegaron ayer a Limón, en una ruta que resultó extraña para las autoridades. Algunos sospechan que estas personas tendrían intención de quedarse en la zona tras saberse que Costa Rica no le permite el paso al resto de Centroamérica.
Rafael Araya, jefe regional de la Fuerza Pública, dijo que los extracontinentales tenían como destino Puerto Limón. Fueron detenidos en un inicio cuando transitaban en un bus de la empresa Caribeños por la comunidad de Saborío, en Matina.
Los extranjeros abordaron un bus a las 4 a.m. en San José con destino a suelo limonense, sin embargo el idioma y un fuerte e incómodo olor habría alertado a algunos de los pasajeros.
Fueron detenidos en un inicio por agentes del Grupo de Apoyo Operacional (GAO) en un retén de carretera, donde posteriormente los trasladaron a una delegación y verificaron que salieron a las 4 a.m. de San José.
Se sospecha que hasta esa parte del país se moviliza un grupo mayor de africanos, debido a que en apariencia cuando los intervinieron uno de ellos con un pobre español les preguntó a los oficiales si era el primer grupo que detenían.
Algunos limonenses sospechan que los extracontinentales podrían estar llegando a la zona para quedarse laborando, otros señalan que tendrían como intención continuar su camino a pie por Parismina, Tortuguero e Isla Portillo para ingresar a Nicaragua por la comunidad de San Juan del Norte, sin embrago estas hipótesis no fueron confirmadas por entidades estatales.
El 29 de abril el Gobierno de la República mediante un comunicado informó que tras semanas de diálogos y coordinaciones institucionales trasladó a 600 migrantes irregulares provenientes de África a trasladarse al Campo Ferial de Paso Canoas, otros fueron ubicados en centros migratorios en Río Claro.
En el documento de prensa señala que Gladys Jiménez, subdirectora de Migración y Extranjería, manifestó que ya habían sido dictadas resoluciones migratorias a varias decenas de ellos.
“Estas resoluciones implican el cambio de medidas migratorias aprehensivas a otras como la firma periódica mientras se resuelve su condición migratoria. Nuestra principal preocupación con estas personas es identificarlas y saber quiénes son, una vez que hemos esclarecido esto a través de los diferentes mecanismos de control se efectúa el cambio de medida, según corresponda”, expresó Jiménez en el comunicado.
En el caso de los 24 extracontinentales se logró comprobar que 23 portaban un permiso y el respectivo pasaporte, por lo que les insistieron en que debían firmar cada 15 días en las oficinas de Migración.
Uno de los africanos quedó detenido porque presentaba problemas con su documentación.