La Unidad de Refugio de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) informó a Diario Extra que hasta noviembre de este año solo resolvieron 1.882 solicitudes de refugio, quedando pendientes 24.443.
Lo que representa apenas un 7,14% del total de procesos aprobados y denegados, dejando en evidencia una baja importante en la resolución de estos casos en cinco meses, pues a junio de 2024 habían respondido un 10%. Del total de solicitudes en trámite 1.548 han sido aprobadas y 335 denegadas.
La mayoría de los extranjeros con procesos pendientes de resolución es nicaragüense, 21.710 expedientes sin resolver; seguido por 1.558 venezolanos, 1.243 cubanos y 1.091 colombianos.
Las principales nacionalidades a las que Migración ha aprobado la protección internacional son: nicaragüense (1.293), venezolana (127), cubana (90), colombiana (8), hondureña (8), salvadoreña (7), un mexicano, un guatemalteco y un apátrida.
Cabe señalar que durante 2023 los casos recibidos por la DGME fueron 34.657 y únicamente resolvieron 3.400, es decir, un 9,8%.
La Unidad de Refugio mantiene un alto remanente de casos sin resolver y la cantidad continúa incrementándose con el paso del tiempo con la llegada de más personas que buscan protección del Estado costarricense.
Ante esta situación Eduardo Flores Buitrago, especialista en Derecho Migratorio, explicó a este rotativo algunos de los motivos por los que se podría asumir que los procesos en esta área son tan lentos.
“Una de las razones es que no hay suficiente personal, si bien es cierto existe una alianza con el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados, que les envía el personal. Hay algo muy importante que se debe valorar: Costa Rica es signatario del tratado de los refugiados (…), tal vez la demora se debe a que no hay una correcta valoración de la manifestación que hacen las personas”, indicó. El experto recordó que una persecución política, por raza, sexo u orientación sexual no se relaciona con la escasez de empleo, la delincuencia, los secuestros o las extorsiones en los países de origen de los solicitantes de refugio.