La batalla estratégica del presente, entre los centros económicos, políticos y militares de poder mundial, es por la tecnología de punta, y en ese escenario los países productores de microchips tienen una ventaja cualitativa y enormes posibilidades de progreso y desarrollo nacional.
Ese es el dato objetivo y no es un dato solo económico o tecnológico. Es un dato geopolítico puro y duro, el cual tiene que ver, directamente, con la fuerte competencia mundial por los mercados de tecnología entre empresas multinacionales de los Estados Unidos, China, la Unión Europea, Rusia y hasta la India, con el apoyo irrestricto de sus respectivos gobiernos.
Intel anunció inversiones gigantescas por US$100 billones en sus plantas de investigación y producción, en el marco del “Chips Act” del presidente Joe Biden y el apoyo financiero y político del gobierno de los Estados Unidos. Era eso o quedarse rezagados en los próximos años frente a la competencia china.
El gran suplidor de microchips a nivel mundial es Taiwán. También lo son Israel, Irlanda, Canadá y Corea del Sur. Muy atrás viene Costa Rica, con la característica muy especial y singular de que es el único país, en toda América Latina y el Caribe, con capacidad de producir microchips en gran escala en la planta de Intel en San Antonio de Belén, en el medio de las Américas y a horas del mercado de producción y consumo de tecnología más grande del mundo.
Todo ello en medio de la ampliación y el fortalecimiento de la OTAN con países claves como Suecia y Finlandia, la guerra entre Rusia y Ucrania y un panorama totalmente incierto en el Medio Oriente. O sea: un mundo en peligrosa crisis militar y en fuertísima confrontación tanto política como económica.
Hay que entender y evaluar correctamente ese cuadro geopolítico y los enormes retos estratégicos para el desarrollo integral de un país soberano, pequeño y democrático, como es Costa Rica, con una posición territorial y geopolítica privilegiada y evaluar “por dónde van los tiros” (como dice nuestro pueblo). Ese es el cuadro globalizado y tenemos que enfrentarlo con visión, inteligencia, audacia y mucho pragmatismo.
El trabajo visionario de José María Figueres, en su Gobierno, de traer y asentar Intel en Costa Rica, entrará ahora en un poderoso ciclo de crecimiento económico con la Ruta de los Microchips que anunció, antes de Semana Santa, el presidente Rodrigo Chaves y la secretaria de Comercio de los Estados Unidos, Gina Raimondo, al incorporarse activa y plenamente nuestro país a esa cadena de producción y competitividad internacional.
Esta es una extraordinaria y potente oportunidad nacional… articulándola eso sí, y paralelamente, con otras iniciativas necesarias y pendientes de políticas públicas monetarias, educativas y sociales, seguridad ciudadana, comercio exterior y política internacional, para que el desarrollo de Costa Rica sea integral y sostenible, como puede y debe ser.
…Y USTED QUE OPINA???