Freddy Masís, graduado del Tratamiento de Drogas
“Mi vida era un tren sin freno, yo consumía drogas día y noche. Todo empezó como un juego divirtiéndome con mis amigos, luego terminé consumiendo solo y causé muchos problemas familiares. Todo se me derrumbó: mi trabajo, mis estudios, incluso terminé viviendo en cuarterías”.
Estas son las palabras de Freddy Masís, uno de los 27 graduados del Procedimiento de Tratamiento de Drogas bajo supervisión judicial restaurativa. Esta iniciativa es una medida alterna para las personas que se someten a un proceso judicial y tienen problemas con las drogas o el alcohol, la cual es ejecutada para penas menores.
Masís, quien tiene 54 años, le comentó a Diario Extra que su adicción comenzó a los 17 años, al quedar fuera del equipo mayor de Liga Deportiva Alajuelense.
“Estuve cinco años en esa institución, jugué desde los 12 hasta los 17 años y a esa edad, cuando iba a pasar al equipo mayor, quedé fuera.
En ese momento fue cuando tuve un bajo a nivel emocional y me refugié en las drogas y el alcohol.
Estuve en varias clínicas, pero mi adicción era muy fuerte. Siempre cuando veía algún obstáculo que no me gustaba, agarraba mi maleta y me iba”, narró.
Punto de quiebre
Masís aseguró que no fue hasta que salió con unos amigos cuando supo que tenía problemas de alcoholismo.
“La decisión la tomé un día que salí con un grupo de amigos, salimos a conversar un rato, era una mañana y todos estaban pidiendo café.
Yo a las 11 de la mañana ya llevaba cinco cervezas y mis amigos me dijeron: ‘Estás consumiendo mucho’. Fue cuando me ofrecieron ayuda”, relató.
Después de ese episodio se internó en el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), no obstante, por una situación jurídica se le presentó la oportunidad de participar.
Leda Gutiérrez, madre de Masís, detalló que gracias a esta iniciativa logró recuperar a su hijo.
“Recuperé a mi hijo. Han pasado épocas muy difíciles, yo sé que Dios ha intervenido mucho en esto porque he hecho mucha oración”, manifestó.
Otro de los graduados es Pedro Chaves, quien dijo que buscó entrar a la cárcel para que lo asesinaran, ya que no tenía ganas de vivir.
“Llegó un momento en el que, producto de mi adicción, no quería vivir. Para ese momento tenía dos hijos, pero yo me quería quitar la vida, entonces tomé la decisión de entrar a la cárcel.
No quería que mis hijos llevaran el peso de que su padre se mató, sino que dijeran que lo asesinaron”, comentó.
Sin embargo, tiempo después de ingresar al centro penal recibió la llamada de su padre, quien le dijo que volvería a ser papá, situación que lo hizo buscar ayuda.
“Yo ya venía en alzada y me vuelve a golpear la vida. A mi padre, que era mi todo, se lo llevó el covid-19 y volví a recaer.
En un momento determinado tuve un accidente en carro e iba tomado, por lo que me arrestaron”, finalizó.