Soy una mujer de 26 años en unión libre. Tengo dos años y medio de vivir con mi pareja. Nos gusta hacer “loqueras”, vamos en moto a todo lado, pasamos en bares y fiestas, llevamos una vida bohemia. Con esto del coronavirus, yo me lo he tomado muy en serio y no salgo. Pero a él poco le importa, yo le digo que es un “covidiota”, porque no se cuida, llega borracho en la madrugada, ni se lava las manos y se acuesta conmigo. A mí me da mucho miedo que me contagie.
Desdichadamente este ha sido un comportamiento que se ha documentado en menor o mayor escala en todo el orbe. Hay un porcentaje de la población que no logra conceptualizar el riesgo y sigue con su vida normal exponiéndose al contagio y por ende exponiendo a sus seres queridos y a la comunidad a esta infección tan grave.
Este es el factor que está llevando al traste el control de la propagación de la enfermedad. Muchas personas, en las etapas iniciales, no toman en serio las recomendaciones de las autoridades de salud, sin darse cuenta de las enormes repercusiones de su desidia.
Claro está, en esta situación es imperativa una conversación amena, cordial, orientada a que él tome conciencia y comprenda los alcances de sus actos. En algunas ocasiones es recomendable recurrir a figuras que él respete y puedan influir en él, sea amigos, padres, profesores, compañeros de trabajo.
Desde luego que, si todo esto resulta infructuoso y él continúa con el mismo proceder, es mejor hacer una pausa en la relación e irse a vivir con amistades o familiares mientras pasa esta pandemia. Mientras tanto, usted tendrá tiempo de replantearse la relación y preguntarse si realmente desea continuar con el vínculo.
Es ridículo que para el coronavirus el Gobierno solo recomiende “lavarse las manos”
Soy un hombre de 26 años que vivo en unión libre. Yo tengo un hijo y mis padres son mayores y tengo, gracias a Dios, vivos a mis cuatro abuelos. Siempre he sido muy apegado a la familia y me parece una irresponsabilidad que el Gobierno, para combatir el coronavirus, solo recomiende agua y jabón como si con eso afectara a un virus tan fuerte. A mí me parece ridículo que el jabón sea útil contra un virus de este calibre.
Tiene usted razón, parece increíble que una medida tan simple y cotidiana como lavarse las manos con agua y jabón pueda ser efectiva, pero sí lo es.
La estructura del coronavirus está compuesta básicamente por tres partes, el ARN que es el material genético, unas proteínas para engancharse a la célula y una especie de cáscara o membrana protectora que es de grasa.
El jabón por otra parte tiene dos componentes, un extremo que atrae el agua y otro que atrae la grasa. Es este extremo el que se engancha en la envoltura grasa que protege al virus y la “deshace”, con lo cual el virus se inactiva.
Así como usamos el jabón para quitar la grasa de los platos, esa es precisamente la función del jabón al quitar la membrana grasa que tienen los virus. Por eso la recomendación del lavado de manos se da tanto en nuestro país como alrededor del mundo, por parte de todas las autoridades científicas.
A pesar de ser una medida sencilla, al alcance de todos, no resulta fácil lavarse las manos de manera periódica, porque no siempre se cuenta con un dispensario de agua y de jabón, además, desde el punto de vista operacional, a veces resulta incómodo el lavado periódico, sin embargo, sin lugar a dudas es la mejor forma en que cada uno de nosotros puede luchar contra esta epidemia.