Jonathan Moya es una de las figuras que más sensación causarán en el clásico del domingo. El torneo anterior defendió la camisa morada, para esta temporada se cambió de acera y ahora es la pareja de Jonnathan McDonald en el ataque rojinegro. El artillero conversó largo y tendido con DIARIO EXTRA.
¿Cómo describe este paso por Alajuelense?
-No me lo imaginaba así, empezar tan bien. Pensé que iba a ser un poco más difícil porque venía del Saprissa, sabía todo lo que se iba a hablar, lo que se dijo, pero creo que la forma en que me comporté en el Saprissa y como salí me ayudó a entrar a la Liga de buena manera, de forma madura y profesional. Siempre intenté hablar claro, eso me ayudó mucho a la hora de llegar al equipo (Alajuelense), me recibieron muy bien, tanto los jugadores como la afición, la directiva y el cuerpo técnico, eso hizo que me acoplara mejor. Los entrenamientos y la pretemporada me ayudaron mucho para conocer a los jugadores.
Desde afuera se ve que lo apoya mucho la afición. ¿Usted lo siente así?
-Sí, lo sentí desde antes de llegar. Conforme fueron pasando los partidos de pretemporada fue más notorio, esos juegos me ayudaron mucho para ganarme esa confianza de la afición, que es muy difícil, más que yo venía del Saprissa. La gente tal vez iba a pensar que yo no venía con un compromiso mayor, pero desde esos primeros partidos pudieron ver las ganas que yo tenía de vestir esa camiseta y lo que venía a aportar, el esfuerzo en cada jugada.
¿El torneo pasado fue muy difícil guardar ese secreto a voces de que usted iba para la Liga?
-Siempre estuve hablando con mi familia. Siempre fui claro, hablé con la directiva del Saprissa y les dije que no iba a firmar por equis o ye razón. Siempre fui claro con ellos, nunca les pedí tiempo para pensar las cosas o algo así. En su momento les dije que por cosas que a mí no me parecían desde tiempo atrás no iba a firmar con ellos, les pedí que me entendieran.
¿Les dijo que iba para la Liga?
-No, por respeto, aunque se hablaba mucho en la prensa y en la calle. Lo que estaba claro era que no iba a continuar. Ellos me lo respetaron. En el camerino todos sabían por qué yo me iba y me apoyaron en esa decisión.
¿Topó con la suerte de que el Saprissa no lo congelara?
-Creo que fue porque siempre me mostré profesional, aunque estuviera en la banca siempre salía a la cancha a hacer lo que me correspondía. Aunque sabía que para esta temporada el Saprissa ya no iba a ser mi equipo, siempre fui a entrenar con mucha alegría.
¿Va a celebrar si anota en el clásico?
-No, por respeto a una institución que se comportó muy bien conmigo. Yo del Saprissa salí bien, por eso es que si me toca hacer un gol no lo voy a celebrar con euforia.
¿Sus nuevos compañeros saben que no va a celebrar?
-Sí, en caso de anotar voy a celebrar con ellos, a ellos me debo, pero será algo entre nosotros.
¿Sabe que las miradas del clásico estarán sobre usted?
-Sí, yo sé que hay un morbo, en su momento pasó con Johan Venegas. Yo me mentalizo en hacer las cosas bien, salir tranquilo a la cancha, aportar a mi equipo. Si Dios me premia con un gol, bienvenido sea; si no, debo hacer mi mayor esfuerzo y que el equipo gane. Tengo grandes amigos en el Saprissa, pero cada uno va a defender su camiseta.
¿Es un cambio drástico pasar del Saprissa a la Liga?
-Sí porque estuve 11 años en el Saprissa. Sé que no estuve tantos torneos en el Saprissa, pero me sentía bien ahí. En lo futbolístico es donde creo que no me fue como yo pensaba. Conforme pasan los años uno se hace más maduro y ve qué es lo mejor. Yo no me fui a la Liga porque me ofrecieron más plata, fue un reto personal, buscaba esa regularidad, quería ver si me podía ganar un puesto ahí.
La gente dice que usted se embarcó porque firmó antes de la regularidad que le dieron en el Saprissa.
-No. La decisión y el momento llegaron en el momento oportuno. Para mí era experimentar un nuevo reto. La gente dice que me fui de un equipo campeón a otro que tiene cinco años sin ganar el título, pero esos son los retos bonitos para mí.
¿Es muy diferente el Saprissa de la Liga?
-Son similares. Son equipos grandes, tienen todas las facilidades. Tengo pocos meses de estar en la Liga, no sé cómo era antes, le puedo decir que en el Saprissa trataban de tener tecnología a punto, en la Liga es igual. Son equipos que les dan todas las condiciones a los jugadores. Yo, que estuve en otros equipos, sin afán de menospreciarlos, sé que no tienen estas condiciones por asuntos de economía o infraestructura.
¿Cuánto lo pensó para ir a la Liga?
-Ellos me buscaron por primera vez en diciembre, lo primero que les dije fue que mi primera opción era el Saprissa. Aunque no me habían buscado para una renovación, les dije que los iba a escuchar, que me debía a ellos, que no iba a tomar una decisión hasta escuchar al Saprissa. Cuando inició el torneo fui viendo ciertas cosas que me ayudaron a tomar una decisión, fue cuando le dije al Saprissa que no iba a firmar, que me respetaran la decisión. Hablaba mucho con mi esposa, le decía que era una nostalgia dejar el Saprissa, pero por otro lado decía que era una oportunidad que se me daba, un reto. Hablamos de que no podía saber qué iba a pasar si no tomaba ese reto, quisimos experimentarlo como familia.
¿Su familia es saprissista?
-Tengo familia que es saprissista, pero me apoyaron en mi decisión.
¿Y para el domingo con quién van?
-(Risas) Ellos van con el Saprissa. Mi mamá tiene la camisa del Saprissa y mi papá la de la Liga, pero ellos me apoyan en todo. Mi mamá va al estadio de la Liga cada vez que puede, eso me hace estar tranquilo, siempre se siente ese apoyo.
¿El Saprissa nunca le hizo una oferta?
-Ellos se me acercaron una vez, fue cuando tomé la decisión de no firmar, después de ahí no se me acercaron más. Todo quedó en ese primer acercamiento.
Imagino que desde que firmó con la Liga ha pensado en el clásico. ¿Ahora qué pasa por su cabeza?
-Hay ganas de que llegue ese partido, el momento. Desde que terminó el partido con el Santos me he visualizado en ese partido, lo que se espera, la gente cómo lo va a recibir a uno, el estadio lleno, todo me ha pasado por la mente.
¿Cómo ha logrado entenderse tan bien con Jonathan McDonald?
-Cuando me voy para la Liga el primer mensaje de bienvenida que recibo es de McDonald, desde ahí siento que el apoyo es bueno, él no es como la gente piensa, es una excelente persona. El compañerismo se refleja en la cancha, a la hora de salir al terreno de juego hablo con McDonald, ya sabemos los movimientos o las cosas que hay que hacer. Con Róger Rojas ha sido igual, conforme pasan los partidos ese entendimiento será mucho mejor.
¿Ya apostó con los excompañeros del Saprissa?
-No, no. Ahora que dieron la lista (de la Selección) hablé con Luis José Hernández, lo felicité porque sé las condiciones de él. Me estaba molestando, que ojalá no les metiera goles, pero yo le dije que ojalá les pueda hacer unos dos.
¿Ya le explicó a la Liga qué hacer para que no les empaten tras ir ganando 3-0?
-Sí, sí. Ahí lo hablamos. Les conté mi perspectiva de cuando yo estaba en el Saprissa, de cómo revertimos ese marcador.
¿Cómo fue?
-Cuando íbamos 3-0 se sintió que había ese chance de poder atacarlos más porque habían sacado a uno de los hondureños del mediocampo, ahí supimos cómo hacer los cambios y atacarlos. Le he dicho que con el Saprissa uno no se puede descuidar, a como todos atacan, todos defienden. Eso lo hemos hablado, de hacer nuestro trabajo y saber que nos jugamos el partido de nuestra vida, primero porque es un clásico, además porque no hemos ganado en casa, tenemos que darle esa alegría a la afición.