Flor María Barboza, de 72, la cuida y reclama por servicio
“Ella ya está muy grande. Necesita sus pastillas, igual su comidita, su cafecito. Hay que bañarla, pero ¿cómo hago yo sin agua? El 31 estuvimos sin nada, en estos primeros días de 2025 lo mismo. Ahorita que usted vino tampoco”.
Flor María Barboza tiene 72 años y cuida de su madre Amparito Carballo, de 97. La mujer, quien vive en Concepción Arriba, Alajuelita, teme que en enero y febrero sufrirán racionamientos de agua.
A principios de 2024, vecinos de San Josecito, Once de Abril, Concepción Arriba, Concepción Abajo y otras comunidades del sur de la capital se tiraron a las calles para reclamarle al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) por la escasez del líquido.
Aseguraban que sus derechos eran violentados por no tener acceso a agua potable. Incluso, la Defensoría de los Habitantes mediante un informe técnico señaló que las acciones de la institución no fueron suficientes.
El tema fue tan crítico que llegó a la Sala Constitucional, donde los magistrados exigieron a AyA brindar el suministro y establecer un horario para los racionamientos.
No obstante, un año después en Alajuelita aseguran que lo anterior no se ha cumplido y para el primer trimestre esperan el peor escenario.
Desde ya se preparan con estañones, pichingas y baldes para recoger agua que usarán las próximas semanas. En invierno se abastecieron con la que cayó del cielo.
“Aquí estamos fatal con el agua. Dos o tres días estamos sin nada y cuando le da la gana viene un chorrito. Uno ve a los chiquitos bajando con los tarros a buscar agua. A veces llega una cisterna y suben sin nada porque todo mundo la agarró antes.
A veces ni siquiera pasa la cisterna. Es todo un problema y hay que jugársela”, manifestó Ana Carmela Pérez, vecina de Concepción Abajo.
En 2024 pasaron 18 días sin agua potable. Afirma que ha tenido que abastecerse de una quebrada cercana para cocinar, bañarse o utilizar el servicio sanitario.
El tema también trasciende a lo económico.
Según Álvaro You, propietario de loa Pulpería Pepe, su local ha tenido que incurrir a gastos adicionales por el faltante de líquido.
“El año pasado no teníamos ni una sola gota de agua, teníamos que comprar agua embotellada para hacer pan. ¡Doble gasto! ¿Sabe qué es lo peor? Los recibos venían altísimos.
Estamos preocupados. No ha empezado el verano y ya comenzaron los cortes. El año pasado pensé en cerrar el negocito por la situación”, dijo este vecino de Lotes Paz.
Diario Extra pidió criterio a AyA y su encargada de prensa informó que la próxima semana darían una conferencia de prensa para referirse al desabastecimiento, así como racionamientos durante este año.
Maureen Jiménez
Concepción Arriba
“Estamos muy preocupados porque se viene el verano y vamos a vivir de nuevo los faltantes de agua. Los recibos vienen altísimos, muchas personas no tienen acceso a agua potable. Hay demasiados adultos mayores en esa condición y Acueductos no trae soluciones”.