El costarricense David “Medalita” Jiménez defendió en el Polideportivo de Cartago su título mundial interino supermosca de la Asociación Mundial de Boxeo en las 115 libras ante Keyvin Lara de Nicaragua. La pelea estaba pactada a 12 combates y acabó en el round final. Las tarjetas reportaron ganador al brumoso por decisión unánime.
Round inicial. David tuvo buen movimiento y aunque el rival fue por la pelea el tico pudo conectar con izquierdazos, pero también pegó con la derecha.
El segundo combate empieza con el foráneo abrazando a Medallita para evitar sus golpes, pero el brumoso hace su trabajo y al cierre lo arrincona en la esquina roja, hasta que lo salva la campana.
De nuevo al cuadrilátero la esquina le pedía al tico golpes al hígado y él hizo caso, golpeando también en la cara, mismos que el pinolero trataba de esquivarse con problemas.
El cuarto asalto fue de lujo, con el tico convencido a dejar en la lona a Lara, pero el retador aguantando y lanzando golpes, aunque sin dirección, muestra de que la batalla estaba en su contra… aún así no se dejaba caer.
Combate cinco y el brumoso se luce. No hay quinto malo y se va encima del rival para dejarle sus guantes blancos pegado en la piel. El enemigo se veía cansado, su respiración lo delataba y peleaba más por instinto que por otra cosa.
En el sexto capítulo fue la misma historia, un tico muy superior y un nicaragüense que no quería perder. Aparece la sangre en la cara del nacional que de momento no le impedía seguir con la batalla.
Para el sétimo llamado el cartaginés mete a su enemigo contra las cuerdas con golpes arriba y abajo. El hijo de la tierra de Rubén Darío y los Mejía Godoy se recuperó y toma un segundo aire.
En octavo round otra vez la sangre aparece, esta vez en la cabeza del tico, en la parte derecha. Muy fuerte nuestro representante, pero el rival saca fuerzas de flaqueza.
Ya en el noveno round se da un pequeño error del brumoso al bajar la guardia al reclamar un golpe bajo, lo que aprovechó Lara. Las tarjetas seguían pintadas de blanco azul y rojo.
Ya en el décimo enfrentamiento el público asistente al Polideportivo de Cartago se metió de lleno en la pelea gritando “Medallita, Medallita”. Se acercaba el final y la emoción aumentaba. Desde la esquina le controlaron el sangrado en la cabeza y en el pómulo derecho.
El penúltimo asalto fue intenso, no había forma de botar al pinolero. Era nada más la antesala del cierre.
La última batalla fue una repetición de lo que habíamos visto, con un costarricense que daba decenas de golpes y el orgullo de Nicaragua que aguantaba hasta el final. Por algo nunca han noqueado a Lara.