La detención de tres hombres de apellidos Trejos Villalobos, de 62 años; Chavarría Fernández, de 42; y Quirós López, de 32, como sospechosos de asesinar a tres personas en Sarapiquí sigue arrojando información importante.
El primer homicidio ocurrió el lunes 26 de agosto del presente año, donde la víctima mortal fue Harry Miranda Medina, a quien torturaron y el cuerpo lo hallaron en Finca Uno de Horquetas, Sarapiquí.
Fuentes confidenciales mencionaron a DIARIO EXTRA que el crimen ocurrió por desacato a su “jefe”, quien le habría ordenado matar un enemigo del grupo criminal, sin embargo, Miranda Medina no quiso y días después lo ejecutaron.
El segundo asesinato fue el de Juan Carlos Molina Navarro, cuyos restos se encontraron en el río San José, en Finca Nueve de Horquetas, el pasado lunes 11 de noviembre.
La víctima, que según informes confidenciales se había robado una droga, presentaba signos de tortura, dos impactos de bala en la cabeza y el cuerpo estaba prensado con unas piedras en dicho río.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA en la edición de ayer, el tercer crimen es el de Adolfo Cortés Briceño, a quien los fines de semana le gustaba poner música en un bar, pero negarse a complacer a un pistolero le costó la vida.
Su cadáver presentaba golpes varios, también tenía una piedra encima y estaba en el río San José. A la víctima la ubicaron el sábado 23 de noviembre del presente año.
Tras la acción policial se decomisó un vehículo 4×4, donde había manchas de sangre al parecer de los hoy occisos que fueron torturados en una casa cercana y los trasladaron al río en que los ultimaron.
Para la policía este grupo se dedicaba al trasiego de droga en la zona caribeña, además tenía una vivienda donde llevaba a sus enemigos para torturarlos y sacarles información sobre las bandas en que trabajaban.
Trascendió que a los sospechosos les gustaba el río, por lo cual llevaban a sus víctimas moribundas donde las ejecutaban en una zona superficial, les ponían una piedra redonda sobre la parte baja del abdomen para que la corriente no se los llevara.
El OIJ cree que dejarlos a vista y paciencia de la gente es una forma de decirles a sus rivales que seguirán eliminándolos si se meten en el negocio o advertir a los propios acerca de no traicionar a los jefes.