El número de mujeres que trabajan en la informalidad creció en 40.000 durante el trimestre de 2024, en relación con el mismo periodo del año anterior.
En julio de 2023 había 299.000, mientras que para el mismo mes de 2024 la cifra subió a 339.000, un crecimiento de un 13%, así lo informó la Encuesta Continua de Empleo (ECE) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
“Esto refleja que el país está dando pocas oportunidades y condiciones adecuadas para que las personas salgan adelante bajo la formalidad. En lo personal he insistido muchísimo en el proyecto 23.101 de inclusión financiera, para que las personas que no son sujetas a crédito, especialmente mujeres, puedan optar por opciones de financiamiento que no tienen ahora”, comentó Daniela Rojas, diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).
Se considera como trabajador en la informalidad a quien, aunque tiene empleo, ya sea para alguien más o por cuenta propia, no está afiliado a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) o carece de alguna garantía social. Cerca de 869.000 costarricenses se encuentran en esta condición, el país no ha logrado reducir del 38% este número en más de 10 años, manteniéndose similar a la que tenía hace un año, pero con una variación importante en la composición, producto del aumento de féminas que cayeron en esta modalidad.
UN PROBLEMA QUE
AFECTA A LAS MUJERES
Mauren (nombre ficticio a pedido de la fuente) es a sus 42 años madre de dos niñas de 7 y 4 años. Desde su divorcio se empezó a vincular al mercado laboral, debido a que lo que obtiene por la pensión alimentaria no le alcanza.
“Luego de mi divorcio me puse a buscar trabajo, ya que los ingresos no me alcanzaban. Al principio busqué en la carrera que estudié, soy contadora, pero no conseguí, luego intenté poner mi oficina y tampoco funcionó”, manifestó.
Desesperada se dedica hoy a llevar paquetes, hacer mandados y gestiones en instituciones públicas.
“Con mi moto hago trabajillos”, indicó.
También está afiliada a una plataforma de alimentos en línea.
“Esto me ha llevado a un nivel de estrés enorme, porque estoy pasando problemas económicos, a veces se desvaloriza a la mujer en lo profesional, pero así es. Sí quiero resaltar algo: cómo la gente se aprovecha de las necesidades de las personas”, aseguró.
Mauren carece de seguro, ya que no lo paga desde hace 2 años, cuando se divorció, aunque sus hijas lo mantienen por su exesposo.
“Es todo un problema, me acerco a la Caja y me dicen que tengo que pagar una millonada por los años que tengo de no cotizar, si apenas saco para vivir, ¿cómo voy a hacer para pagar eso? A veces uno piensa que esta gente no entiende por lo que uno pasa”, puntualizó.
Además, asegura que tampoco declara, ni paga Hacienda.
“¿Usted cree que si yo le cobrara a la gente el Impuesto al Valor Agregado (IVA) me contratarían?”, expresó.
Finalmente indicó que lo que más quisiera es salir de esta situación, pero que conseguir trabajo en estos días es bastante complicado para una madre de 42 años.
Daniela Rojas
Diputada del PUSC
“Es lamentable que las cifras de costarricenses en la informalidad sigan en aumento y especialmente en mujeres, 40.000 más en comparación al trimestre pasado entraron a la informalidad. Debemos buscar todas aquellas alternativas que vengan a darle la mano a las mujeres emprendedoras y necesitan de soluciones reales para mejorar sus condiciones de vida y la de sus familias”.