“Urge reconocer que en materia de educación existen dos Costa Ricas y que la preparación con la que salen unos y otros no es la misma, lo que a su vez se refleja en las posibilidades de acceso a un empleo luego de terminar la secundaria”.
Uno de los cambios más llamativos para este curso lectivo es la libertad de escogencia de los uniformes escolares. Sin embargo, para mejorar el sistema se necesita mucho más que eso.
Ya no sabemos en cuántas inauguraciones del año escolar hemos escuchado que para lograr un salto se necesita de un trabajo hormiga. Además, son muchos los ministros de Educación Pública que han prometido mejorar la enseñanza del inglés, la matemática y el acceso a la tecnología.
Resulta inaceptable que en esta época todavía existan estudiantes que no tengan posibilidad de conectarse a internet desde sus centros educativos, lo cual los convierte en analfabetas tecnológicos.
No ignoramos los esfuerzos que se están haciendo con el internet satelital por parte de la cartera educativa para universalizar dicha herramienta, sin embargo, en este momento tenemos 389 instituciones en las que no existe conectividad y esa es la realidad.
Esperábamos más, tomando en cuenta que el Estado de la Nación advirtió en su último informe que atravesamos por una verdadera crisis en los resultados de los aprendizajes y el manejo de los recursos.
Del tema de la evaluación para los docentes en inglés y matemática se habla todos los años, pero no se concreta. La Universidad de Costa Rica (UCR) ha aplicado algunos estudios con conclusiones desastrosas.
Y es que, si un profesor no sabe inglés, ¿cómo puede enseñarlo en el aula? ¿Y cómo pretendemos que nuestros jóvenes de colegios públicos compitan con los de privados?
Todavía más grave aún es que el Ministerio contrate profesionales no calificados para ser maestros. Este asunto supera cualquier lógica y preocupa aún más que la capacitación sea mínima.
Esto mismo aplica con el razonamiento y pensamiento crítico. Son contados con los dedos de las manos las veces en que estudiantes de colegios públicos logran colocarse entre los primeros lugares de ingreso a la UCR, la Universidad Nacional y el Instituto Tecnológico.
Urge reconocer que en materia de educación existen dos Costa Ricas y que la preparación con la que salen unos y otros no es la misma, lo que a su vez se refleja en las posibilidades de acceso a un empleo luego de terminar la secundaria.
Muchos estudios apuntan a que debe haber carreras orientadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática. No obstante, desde la enseñanza básica esto no se estimula.
Una solución podría ser tener más colegios científicos y técnicos para que los jóvenes salgan mucho mejor preparados y logren ser competitivos para su inserción a la economía.
El Gobierno dice que el Ministerio de Educación Pública (MEP) estaba mal administrado por los últimos, y la esperanza es que cuando esta Administración concluya haya una verdadera mejora.
La educación es la principal arma que tenemos para que nuestros jóvenes no se vayan por el mal camino y logren ser personas de bien, pero tenemos que darles mejores herramientas.
Por eso es tan importante que el dinero se invierta bien, porque nada ganamos con darle un 8% del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación si al final de cuentas está mal empleado y seguimos colocándonos en el último lugar de la tabla en mediciones tan importantes como las pruebas PISA.