El abogado Carlos Roberto Loría, condenado a 8 años de prisión por al parecer adueñarse de los bienes en Costa Rica de la alemana Petra Schneider, fue trasladado a la cárcel para adultos mayores, en San Rafael de Alajuela.
Loría, a quien enviaron a la cárcel de San Sebastián el 18 de julio, descuenta prisión preventiva mientras queda en firme la sentencia dictada el 13 de julio.
Ese día el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San José lo declaró culpable de los delitos de administración fraudulenta y fraude de simulación.
Por el primero se le impuso una pena de 6 años de prisión y por el segundo 2 años.
El delito de administración fraudulenta responde a la actuación ilegal de una persona cuando, tras abusar de las funciones propias de su cargo, dispone en forma fraudulenta de los bienes de una sociedad, perjudicando económicamente a sus socios.
En el caso de simulación de fraude, este se refiere cuando un deudor traspasa los bienes que tenía a sus conocidos o parientes para evitar perderlos.
Además de declarársele culpable de estos delitos, Loría deberá pagar ¢10 millones por dos querellas interpuestas en su contra, una de ¢5 millones por Schneider y otra de ¢5 millones por el abogado Francisco Castillo González.
El Tribunal también declaró parcialmente con lugar una acción civil resarcitoria interpuesta por Schneider por aproximadamente $41 millones (unos ¢23.000 millones), que deberá enfrentar Loría.
Cabe señalar que este es tan solo un capítulo más de una larga novela que empezó en 2006. Para esa fecha Wolf Ulrich Schneider, esposo de Petra Schneider, realizó grandes inversiones inmobiliarias en Costa Rica.
Según indica la sentencia en los antecedentes, en ese entonces la mano derecha de la pareja de alemanes era Mario Carazo Zeledón, hijo del expresidente Rodrigo Carazo Odio.
Tras la muerte de Wolf Ulrich Schneider, Carazo reclamaba el 20% de las inversiones del alemán. Tras un proceso de conciliación, donde Loría representaba a la entonces viuda Petra Schneider, esta recuperó lo que le correspondía sin imaginar lo que vendría después.
Para 2009 la extranjera fue despojada de varias de sus propiedades y sociedades por Loría, quien fue su defensor.
Ese fue el inicio de un nuevo proceso que concluyó en la sentencia emitida en julio de este año.