Luego de una serie de denuncias por fumigación en plantaciones de piña cercanas a centros educativos, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) las toma con cierta mesura y evitar atacar a los productores pese a las presiones.
Víctor Carvajal, ministro de Agricultura y Ganadería, indicó a DIARIO EXTRA que no se les puede culpar siempre a los dueños de piñeras debido a la regulación que poseen.
“Tal vez de los sectores más regulados, es el sector piñero, no podríamos asociar necesariamente todas las situaciones que se presentan o se denuncian a ellos”, expresó Carvajal.
“Nosotros entendemos el tema de las escuelas, el Servicio Fitosanitario ha estado en contacto con los productores, aquí hay que tener claro que una escuela se puede ver afectada, pero no es porque un mismo productor es reincidente en el tema”, puntualizó.
El jerarca asegura que en muchas ocasiones una misma finca de piñas a lo largo de los años cambia de dueños y se olvidan que hay regulaciones.
“Puede ser que hace dos años tenía un propietario, pasa a otro propietario, después a otro propietario, ciertos usos que no se están regulando correctamente”, puntualizó.
Las denuncias contra productores de piña se deben principalmente a intoxicaciones en los niños o jóvenes de las escuelas a menos de 500 metros de las plantaciones.
A principios de la semana pasada, la escuela de Las Brisas de Upala solicitó, junto Ariel Robles y Priscila Vindas, diputados del Frente Amplio, a la Secretaria Técnica Nacional Ambiental (Senasa) una respuesta por haberle dado viabilidad ambiental a un terreno colindante con el centro educativo y eso pondría en riesgo la salud de muchas personas.
Actualmente, en Costa Rica no existe una regulación fuerte para controlar distancias mínimas entre una plantación y lugares públicos, por lo cual desde el MAG buscan impulsar un proyecto.
“Hay un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa, que da ciertos instrumentos (…), nosotros lo que vemos en el corto plazo es un cambio en el decreto de regencias para darle un poco de rigurosidad, vamos a comparar y el de Senasa tiene un marco sanatorio muy fuerte”, aseveró Carvajal.
Los cultivos de piña provocan un alto impacto ambiental como la afectación en ríos, corta de árboles, erosión en los suelos, entre otros, por lo cual los productores se someten a una regulación a la hora del cuido de sus plantaciones.
También, la producción de la famosa piña rosada tiene sus regulaciones porque en el país solo la puede producir una empresa debido a un tema de derechos y las denuncias contra fincas que cultivan la fruta, genéticamente modificada, han estado a la orden del día en el último mes.
En la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep), coinciden con las afirmaciones del MAG sobre ser el sector más regulado y, respecto a las denuncias de las escuelas, aseguran tener una normativa entre sus asociados.
“Lo que el ministro dice es muy cierto, no hay ningún sector agrícola que haya estado y esté vigilado, en el caso de la piña (…), lo que sucedió en las escuelas, nosotros tenemos en práctica todo un sistema de gestión y supervisión de las fincas afiliadas, eso nos garantiza el uso de agroquímicos en la dosis y plan de aplicación, el problema es con aquellas fincas que no están debidamente supervisadas, en esto la verdad no sé si es por el mismo ministerio, no tienen el personal para destinarlas en este tipo de labores, se les puede escapar que apliquen los productos, ejemplo, los agroquímicos se aplican en una cantidad de horas durante el día, en eso tiene que haber una supervisión inmediata”, comentó a DIARIO EXTRA el jerarca de Canapep, Abel Chaves.