La batalla por el control de esta ciudad de la región de Donetsk es una de las más largas y devastadoras de la guerra en Ucrania. Cuando los combates se intensificaron, las dos mujeres no tuvieron más remedio que remplazar el gas y la electricidad por leña y carbón.
Pero cuando se volvió imposible procurarse agua del pozo de su vecindario, debido a los combates, emprendieron el peligroso viaje a través del río Bajmutovka para escapar de la ciudad sitiada.
\”Hace una semana seguía siendo posible vivir allá, pero ya no\”, asegura Natalia, de 52 años, que junto a su madre de 73 años espera ser evacuada en un centro de ayuda humanitaria, junto a otros 8.000 habitantes de Bajmut.
La ciudad, que tenía una población de 70.000 habitantes antes de la guerra, luchó por salvaguardar el suministro de agua desde marzo, cuando los bombardeos alcanzaron un canal, el principal suministro de agua, y dos pozos.
Pero sus esfuerzos se vieron frustrados por la intensificación de los bombardeos.
– \”Sueño con ducharme\” –
\”Ahora son los voluntarios los que abastecen de agua potable a la ciudad\”, explica a la AFP el jefe de la administración militar de Bajmut, Oleksandr Marchenko.
La semana pasada, se distribuyeron bidones de agua a los habitantes en un centro de ayuda humanitaria.
Los bomberos también reparten agua, y además de los pocos pozos privados, los habitantes recogen agua de donde pueden en la calle, según Marchenko.
Es una solución menos arriesgada que el río, que divide la ciudad en dos y es una de las líneas del frente.
Svitlana, de 38 años, su marido y su hijo de cinco años han cruzado varias veces un puente en ruinas bajo intensos bombardeos en busca de agua, de la que sólo han podido traer 36 litros.
\”No hemos tenido agua desde que empezó la guerra\”, dice la mujer, mientras ve a su hijo jugar en el refugio abierto por la organización Unidad del Pueblo en lo que antes era un centro deportivo.
\”Sueño con ducharme\”, cuenta Svitlana, que se asea con toallitas húmedas desde hace meses.
– Sin agua para apagar incendios –
Voluntarios cavan un pozo frente al inmueble que alberga el centro. También tiene previsto instalar duchas y lavadoras.
Ruslan Khublo, de 33 años, estudió ingeniería y respondió a un mensaje publicado en Instagram para participar en el proyecto.
Durante una reciente visita de la AFP, los bombardeos alcanzaron el barrio, matando al menos a una persona.
Pero este joven, cuya ciudad, Olenivka, está ocupada por las fuerzas rusas, no baja los brazos.
\”No sabemos si lograrán o no tomar Bajmut, pero la gente que vive aquí necesita ayuda\”, afirma. \”Hay gente que lleva dos meses sin poder bañarse\”.
Un camión cisterna de 500 litros, llenado diariamente por voluntarios o bomberos, se ha convertido en un distribuidor de agua crucial para los centros humanitarios y médicos.
Pero este sistema está al límite, ya que los bomberos tienen que llenar los depósitos de sus camiones no sólo para suministrar agua, sino también para apagar los incendios provocados por los bombardeos.
La semana pasada, Olga y Mykalo contemplaron impotentes cómo ardía su apartamento después de que los bomberos se quedaron sin agua.
La organización humanitaria protestante Hands to Help está proporcionando materiales para construir dos pozos y Anatoliy Beztalanny, de 48 años, se ha ofrecido como voluntario con otras personas para excavarlos.
\”Tenemos comida suficiente, pero hay un problema con la higiene y el agua\”, afirma.
Una capa de roca les impide avanzar. Deben regresar a la capital, Kiev, en busca de equipo para perforar.
Prometen regresar, a pesar del peligro.