Querido Santa:
Desde hace unos años me enteré de que el DIARIO EXTRA es muy leído en el Polo Norte y que, entre sus fanáticos lectores, te encuentras tú, el mítico San Nicolás. No me sorprende, porque sé que te gusta leer lo que lee el pueblo.
Santa, como sabes ahora con la pandemia los niños están pidiendo juguetes muy raros, que los mantienen sentados horas y horas. Vieras que parecen robots, pequeños autómatas. Por eso te pido que no les hagas caso y optes por tus regalos clásicos, como las bolas, las bicicletas, las patinetas, que tanto bien les hacen a nuestros niños y que se pueden disfrutar en burbuja.
Los padres, Santa, han olvidado que los juguetes deben ser, ante todo, baratos. Así el niño los puede usar sin estar pendiente de su cuidado. Hoy, muchos niños piden muñecas y muñecos costosos, más de colección que de diversión, y los tienen todo el año guardados en sus cajas. Más que juguetes, ¡parecen adornos! Entonces, aunque los padres te pidan juguetes caros para sus hijos, yo te pido, Santa, que les traigas esos mismos regalos, pero en la versión barata.
Sé que estás preocupado porque ya los niños no se ensucian como antes. Andan siempre bien vestiditos y oliendo a limpio, y tienen la cara pálida porque no juegan al sol. Creo que eso se solucionaría si incluyes entre los regalos algunos carritos, vagonetas, grúas, palas y baldes, para que los niños puedan otra vez sentarse a jugar con tierra.
Santa, en nuestro país no hay Ejército, pero nuestros niños ven la televisión de esos países que han hecho de la guerra su orgullo nacional. Por ese motivo encontrarás que, en algunas cartas, los niños piden ametralladoras, pistolas, videojuegos violentos y todo eso. Por favor, ni por descuido de alguno de tus duendes permitas concederles esos juguetes. El sueño de todos los hombres de buena voluntad es que se dejen de fabricar armas en el mundo, y probablemente una manera de alcanzarlo sea evitando la producción de juguetes bélicos.
Me imagino que ya te encuentras en un aprieto, porque, si tomas mi consejo, te quedan pocas opciones de regalos. Te recuerdo que los juegos de armar son muy buenos para los niños. Tú sabes que los hace más inteligentes y les aumenta sus destrezas. Los mecanos, los legos, los rompecabezas, los cubos, en fin, todos esos juegos de piezas son divertidos y realmente positivos.
¡Ah!, por cierto, no sé si te has dado cuenta, pero ahora, con el teletrabajo que tienen los padres, ya no les leen cuentos a los niños. Por esa razón, sería un gran detalle incluir en los regalos: Los cuentos de mi tía Panchita y, por qué no, el libro que escribimos de Lola y Paco.
Casi se me olvida: los niños siguen disfrutando en grande con los muñecos de peluche y con las figuritas de los personajes de esas buenas producciones, como Toy Story, El Chavo, Cars, Monster Inc. y, desde luego, con nuestros propios peluches, como el Monstruo del Saprissa y el León de la Liga.
Lo que sigue es mucho pedir y sé que no es tu campo, pero ansío dos regalos más, ojalá las parejas se coman a besos en esta Navidad, que el amor reine en las camas, y la violencia se aleje de los hogares. El otro, que pronto todos estemos vacunados para que podamos recuperar la vida de antes.
Por último, Santa, en un plano más personal, este año quiero que me traigas, como todos los años, una bola morada y blanca, y la nueva camisa de Messi.