A nivel mundial, los observatorios sobre drogas se han constituido como herramientas clave en la formulación de políticas públicas efectivas y basadas en evidencia en el ámbito de la salud y la seguridad. En el caso de Costa Rica, de acuerdo con lo contemplado en la Ley N° 8204, es la Unidad de Información y Estadística del Instituto Costarricense sobre Drogas a quien le corresponde, entre otras cosas, emitir las estadísticas oficiales sobre las drogas incautadas por los distintos cuerpos policiales del país. Acción que se desarrolla mediante la publicación mensual de un boletín estadístico, de consulta pública, disponible en la página web del ICD, el cual contempla diversos factores relacionados con el control de la oferta de las drogas.
Para cumplir con este cometido, es indispensable que las fuentes primarias de información, que en el caso en particular lo conforman los distintos cuerpos policiales, suministren, a través del software establecido por la Unidad de Información y Estadística del ICD, datos fidedignos sobre los decomisos de drogas que realizan en razón de su labor operativa. Información que deberá contener solamente aquellas incautaciones en las que han participado activamente en su materialización, sin que puedan incluirse colaboraciones, entendidas estas como asistencias brindadas a otros cuerpos policiales; ni tampoco los decomisos de drogas realizados en otros países por cuerpos policiales extranjeros, producto de la información que haya rendido la policía costarricense. Estas precisiones en cuanto a los datos que deben incorporar es trascendental, a fin de evitar la duplicidad de información y evitar inflar las estadísticas. Esto por cuanto, sin esta base de datos sólida, los responsables de la formulación de políticas podrían actuar con supuestos erróneos o información desactualizada, lo que podría llevar a decisiones ineficaces o incluso perjudiciales para la colectividad.
Por esta razón, entre los desafíos que presentan los observatorios de drogas están el evitar la politización de la información y la resistencia de ciertos sectores de aceptar datos que contradicen sus intereses. En el caso de la Unidad de Información y Estadística del ICD, las personas funcionarias laboran con ahínco y dedicación en el procesamiento de la información que les ha sido suministrada por los cuerpos policiales, y actúan objetivamente, requiriendo las aclaraciones necesarias para que, cuando se publican los boletines estadísticos, estos cuenten con datos fehacientes de las incautaciones de drogas, logrando así comunicar de manera clara y accesible a todos los actores involucrados, desde políticos, medios de comunicación, la academias y hasta la sociedad civil. Insumos que, a todas luces, serán necesarios para el análisis del estado de la cuestión respecto al fenómeno de las drogas, y las acciones a implementar para contrarrestarlo.
*Director del Instituto Costarricense sobre Drogas