La fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por un dolor muscular generalizado, fatiga, problemas de concentración y trastornos del sueño. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), dicho mal afecta entre un 3% y un 4% de la población adulta mundial, con una mayor recurrencia en mujeres. Aparte, como se trata de una condición crónica, los síntomas nunca llegan a desaparecer por completo, pero la buena noticia es que no se trata de una enfermedad progresiva o amenazante para la vida. De hecho, existen diversos tratamientos y cambios de hábitos que pueden aliviar los síntomas considerablemente. Quienes la padecen experimentan, entre otras molestias:
– Dolor: Algunos afectados manifiestan dolor en áreas específicas, mientras que otros aseguran sentir malestar generalizado en todo el cuerpo. El grado de dolor varía de paciente en paciente y puede ser acompañado por una sensación de adormecimiento, ardor y hormigueo.
– Fatiga: Algunas personas experimentan una fatiga leve, otros recalcan sentir una falta total de energía y un agotamiento extremo a nivel tanto físico como mental.
– Problemas de memoria: La dificultad para concentrarse y recordar constituye un síntoma común en la gran mayoría de pacientes con fibromialgia.
– Síndrome del intestino irritable: Muchos pacientes también presentan problemas de constipación y diarrea, dolor abdominal, hinchazón y acidez.
Aunque todavía se desconoce la causa precisa de este padecimiento, los médicos aseguran que los pacientes manifiestan un aumento de la sensibilidad al dolor debido a una falla producida en el procesamiento de la respuesta dolorosa en el sistema nervioso central. Diversos estudios también demuestran que las personas que padecen fibromialgia presentan ciertos tipos de trastornos psicológicos, como niveles elevados de algunos químicos responsables de transmitir las señales de dolor. Si usted tiene estas molestias sin causa aparente, consulte a su médico. Cabe destacar que la mayoría de los síntomas suele agravarse ante cambios climáticos, falta o exceso de ejercicio, mal descanso y estrés.