La disputa por dejarse los territorios para la venta de sustancias ilícitas alcanzó la tranquila barriada de Santa Cecilia en Heredia, propiamente la urbanización San Francisco, donde entre 7 y 10 plomazos, uno de ellos tiro de gracia, acabó con la vida de Juan Carlos Garita Rodríguez, alias “Jupas”, de 29 años.
Según trascendió Garita, quien ni siquiera vive en el lugar, llegó hasta el sitio alrededor de las 2:30 de la madrugada y protagonizó una riña con varios sujetos.
Al parecer de las palabras se fueron a los hechos, que acabaron con una serie de detonaciones las cuales le apagaron la vida a Garita, quien terminó tendido en la entrada de una de las alamedas frente al portón de una vivienda.
“Esto es bastante peligroso, estábamos durmiendo cuando de pronto sonaron varias detonaciones, después se escuchó como una moto que salía a toda velocidad. Al instante se escucharon otras detonaciones y nuevamente una motocicleta huyendo del lugar, entonces salimos a ver qué pasaba cuando vimos una patrulla llegar y había un muchacho tirado ahí, muerto”, dijo una testigo que prefirió el anonimato.
PLEITO POR TERRITORIOS
Presuntamente lo ocurrido se produjo por un pleito entre bandas para adueñarse de las ventas de drogas en el lugar, de hecho, las autoridades del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) así lo reconocieron, pues hasta ahora es la hipótesis principal que manejan.
También, así lo hicieron ver los vecinos que se encontraban consternados, ya que no habían visto nada igual antes.
Mencionaron que la situación se le salió de las manos a la policía, porque en la urbanización han venido ocurriendo hechos delictivos y los uniformados brillan por su ausencia.
“Esto nos tiene asustados, nunca antes se habían dado cosas como estas, pero acá es tierra de nadie, ya uno no puede salir de noche porque se ven cosas raras que antes no se daban. La alcaldesa de Heredia debería hacer algo por la ciudadanía, la seguridad ciudadana se le salió de las manos y es hora que haga algo”, relató una mujer a la que llamaremos Juana por su seguridad.
EN EL GERARDO RODRÍGUEZ
Otro detalle que llamó la atención de las autoridades es que Garita estuvo recluido en condición de indiciado en el Centro Penitenciario Gerardo Rodríguez, en San Rafael de Alajuela, pero fue liberado por orden del Juzgado Penal.
El sujeto salió libre el 15 de enero del 2022, según explicaron desde el Ministerio de Justicia y Paz a través de su departamento de prensa.
Además, era padre de una menor de tan solo 5 añitos y vivía a menos de un kilómetro de donde le quitaron la vida, al otro lado de la urbanización San Francisco.
Su madre, hermana, así como algunos allegados se hicieron presentes para identificar al occiso y lloraban amargamente, incluso ellos saben (pues así lo manifestaron a los cuatro vientos) quién es el verdugo de su ser querido, pero no se detuvieron a conversar con la prensa.
En el lugar circuló la versión de que a Garita lo impactaron con dos tipos de arma: una 9 mm que encontraron a escasos metros del cuerpo y otra que no apareció, no obstante la versión no fue confirmada por las autoridades.
ATRINCHERADOS
Justo cuando el OIJ terminaba de hacer el levantamiento del cadáver, llegó un equipo de negociadores de las tres letras a la escena.
Al parecer había una pareja de sujetos atrincherados en una vivienda de la alameda donde ultimaron a Garita.
DIARIO EXTRA conversó con la dueña de la casa donde se instalaron los presuntos sospechosos de quitarle la vida a Jupas.
“En realidad no sé mucho, yo vivo en Moravia, en la casa viven mi esposo y mis hijos, fue una hija la que llamó a otra y esta me llamó a mí para decirme que a mi esposo y a mi hijo se los llevó detenidos el OIJ, pero no en calidad de sospechosos, sino más bien para proteger su integridad”, relató la señora.
La mujer hizo una larga reflexión sobre lo que ocurría, pues no entendía qué tenían que ver su esposo y su hijo en todo el asunto. Es más, sostuvo que ni siquiera conocían al difunto ni lo habían visto antes.
SE ENTREGAN
Desde las 7 de la mañana que levantaron el cuerpo de Garita, los negociadores comenzaron su labor y tratándose de un hecho tan violento tampoco quisieron jugársela, por lo cual mandaron a llamar al Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT), equipo de choque el OIJ, ya que no se tenía certeza de si los sujetos estaban armados o podrían provocar algún atentado.
Las horas pasaban y se hacían eternas, la tensión también se apoderaba de los lugareños que hasta la agarraron contra la alcaldesa de Heredia, Ángela Aguilar, porque ni siquiera se hizo presente para darles aliento a los habitantes de la urbanización San Francisco ante tanta violencia.
El Periódico de Más Venta en Costa Rica llamó tanto a Aguilar como a su encargada de prensa Marjorie Chacón para tener una respuesta a las inquietudes de inseguridad de los florenses, pero nunca respondieron y menos al cierre de edición.
Los negociadores hicieron su trabajo, manejaron la situación y cerca del mediodía arrancó el desfile de los dos sospechosos del crimen.
Primero pasó uno esposado, de contextura gruesa, vestido con jeans celestes y una camisa de tirantes. Fue a parar directo a la perrera de la Policía Municipal de Heredia.
Al tipo las autoridades lo identificaron con el apellido Espinoza, de 18 años y nacionalidad nicaragüense.
El otro también es muy joven, las autoridades judiciales indicaron que es menor, tiene 15 años, usaba pantaloneta y una camisa manga larga blanca con verde.
Ambos fueron reseñados y los mantuvieron dentro de la perrera, mientras un equipo de Recolección de Indicios revisaba la vivienda donde estaban atrincherados.
Ahora el caso está en manos judiciales para determinar las circunstancias por las cuales fulminaron a Garita, así como la relación de los dos jóvenes detenidos con el crimen.
Además, debe esperarse qué sucederá con padre e hijo que se llevaron para proteger su identidad.